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Hechos 2:24 - Biblia Martin Nieto

24 pero Dios lo ha resucitado, rompiendo las ligaduras de la muerte, pues era imposible que la muerte dominara sobre él.

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Biblia Reina Valera 1960

24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Pero Dios lo libró de los dolores de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 al cual Dios levantó,° sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, pues no era posible que la muerte lo retuviera en su poder.

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Hechos 2:24
45 Tagairtí Cros  

Sí, Señor, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava: tú rompiste mis cadenas.


Pero él no piensa así, no son los designios de su corazón; sólo sueña con destruir y arrasar muchas naciones.


destruirá para siempre la muerte. El Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros, y la ignominia de su pueblo la borrará de toda la tierra; porque el Señor ha hablado.


Pero revivirán tus muertos, sus cadáveres resucitarán. Despertaos, regocijaos los que yacéis en el polvo; porque rocío de luz es tu rocío, y el país de las sombras dará a luz.


Pero el Señor quiso destrozarlo con padecimientos. Si él ofrece su vida por el pecado, verá descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá gracias a él.


¿Pero yo los libraré del poder del abismo; los salvaré del poder de la muerte? ¿Dónde están, muerte, tus estragos? ¿Dónde están, abismo, tus azotes? La compasión desaparece de mi vista.


'Señor, nos hemos acordado de que ese seductor dijo cuando aún vivía: A los tres días resucitaré.


Nadie me la quita, sino que la doy yo por mí mismo. Tengo el poder de darla y el poder de recobrarla. Tal es el mandato que he recibido de mi Padre'.


Si la ley llamó dioses a los que se dirigió la palabra de Dios, y la Escritura no puede fallar,


Y no podían creer, porque ya había dicho también Isaías:


pues no había entendido aún la Escritura según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos.


'Hermanos, tenía que cumplirse lo que anunció el Espíritu Santo por boca de David acerca de Judas, el guía de los que prendieron a Jesús.


Pero Dios lo resucitó de entre los muertos;


Pero el que Dios ha resucitado no ha visto la corrupción.


puesto que ha establecido un día en el que ha de juzgar al universo con justicia por medio de un hombre, a quien ha designado y acreditado ante todos al resucitarlo de entre los muertos'.


Dios ha resucitado a éste, que es Jesús, de lo que todos nosotros somos testigos.


matasteis al autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos; de lo cual nosotros somos testigos.


Por vosotros, en primer lugar, Dios, después de haber resucitado a su Hijo, lo envió a bendeciros, para que os arrepintáis cada uno de vuestros pecados'.


sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que éste se encuentra sano ante vosotros en virtud del nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y Dios resucitó de entre los muertos.


El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero.


Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.


Porque por esto Cristo murió y resucitó: para reinar sobre muertos y vivos.


también por nosotros, a quienes se ha de contar; a los que creemos en el que resucitó a Jesús, nuestro Señor, de entre los muertos,


Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo y morimos, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en nueva vida.


Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu, que habita en vosotros.


¿Quién será el que condene? Cristo Jesús, el que murió, mejor dicho, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios y el que intercede por nosotros.


Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos?


Incluso seríamos falsos testigos de Dios, pues contra Dios testificamos que ha resucitado a Cristo, mientras que no lo ha resucitado si los muertos no resucitan.


Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren.


que fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras,


Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros con su poder.


convencidos de que quien resucitó a Jesús, el Señor, también nos resucitará a nosotros con Jesús, y nos dará un puesto con él en vuestra compañía.


Pablo, apóstol - no de parte de los hombres ni por mediación de los hombres, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos-,


la que ejerció en Cristo resucitándolo de entre los muertos, sentándolo a su derecha en los cielos


En el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, habéis resucitado también con él por la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.


con la esperanza de que su Hijo Jesús, al que él resucitó de entre los muertos, vuelva del cielo y nos libre del desastre inminente.


El Dios de la paz, que por la sangre de la alianza eterna resucitó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo,


Pues de la misma manera que los hijos participan de la misma carne y sangre, también él participó de modo parecido, para reducir a la impotencia mediante la muerte a aquel que tiene el imperio de la muerte, es decir, al diablo,


los que por él creéis en Dios, el cual habiéndole resucitado de entre los muertos y coronado de gloria viene a ser por lo mismo el objeto de vuestra fe y de vuestra esperanza.


estuve muerto, pero ya estoy vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la muerte y del abismo.


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