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Hechos 16:17 - Biblia Martin Nieto

17 Iba detrás de Pablo y de nosotros gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios altísimo, y os anuncian el camino de la salvación'.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Ella seguía a Pablo y también al resto de nosotros, gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo y han venido para decirles cómo ser salvos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Empezó a seguirnos a nosotros y a Pablo gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios Altísimo y les anuncian el camino de la salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ésta seguía a Pablo y a nosotros, gritando: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian un camino de salvación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: 'Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que os anuncian el camino de salvación'.

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Hechos 16:17
31 Tagairtí Cros  

Piedad, Dios mío; ten piedad de mí, pues mi refugio lo he buscado en ti; me refugio a la sombra de tus alas hasta que haya pasado el infortunio.


recordaban que Dios era su roca, que el Dios altísimo era su defensor.


'Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres; que tu nombre sea glorificado por los siglos.


Tú has ejecutado sentencias justas en todos los males que nos has mandado a nosotros y a la ciudad santa de nuestros padres, Jerusalén; pues tú nos has tratado así conforme a la verdad y la justicia, a causa de nuestros pecados.


cuando tuve un sueño que me asustó, y los pensamientos que me asaltaron estando en la cama y las visiones de mi imaginación me dejaron turbado.


Oh rey, el Dios altísimo dio a tu padre Nabucodonosor el reino, el poder, la majestad y la gloria;


Fue expulsado de la sociedad de los hombres; su corazón fue hecho semejante al de las bestias y fue a convivir con los asnos salvajes; se le dio de comer hierba como a los toros, y su cuerpo se humedeció con rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y pone en él a quien quiere.


Pero aquellos hombres se presentaron atropelladamente ante el rey y le dijeron: 'No olvides, oh rey, que, según la ley de los medos y los persas, ninguna prohibición o edicto que haya dado el rey puede ser revocada'.


Por la mañana, al rayar el alba, el rey se levantó y marchó precipitadamente al foso de los leones.


Él respondió: 'Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra'.


¿Con qué me presentaré al Señor, me postraré ante el Dios del cielo? ¿Me presentaré con holocaustos, con terneros primales?


Le enviaron discípulos suyos con los herodianos a decirle: 'Maestro, sabemos que eres sincero, que enseñas de verdad el camino de Dios y que no te importa nada el qué dirán, porque no tienes respetos humanos.


Y gritaron: '¡Déjanos en paz, hijo de Dios! ¿Has venido aquí antes de tiempo para atormentarnos?'.


'¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres: ¡El santo de Dios!'.


Llegaron y le dijeron: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa nada el qué dirán, porque no tienes respetos humanos y enseñas de verdad el camino de Dios. ¿Es lícito pagar el impuesto al césar o no? ¿Lo debemos dar o no?'.


y empezó a gritar: 'Déjame en paz, Jesús, hijo del Dios altísimo. ¡Te conjuro por Dios que no me atormentes!'.


para anunciar a su pueblo la salvación, / el perdón de sus pecados, /


para iluminar a los que yacen en tinieblas y en sombras de muerte, / y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz'.


Le preguntaron: 'Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, que no te importa nada el qué dirán y que enseñas de verdad el camino del Señor.


'¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres: El Santo de Dios'.


De muchos salían también los demonios, gritando: 'Tú eres el hijo de Dios'. Pero los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el mesías.


Al ver a Jesús, se puso a gritar y se postró ante él diciendo a voces: '¡Déjame en paz, Jesús, hijo del Dios altísimo! Te ruego que no me atormentes'.


Jesús le dijo: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.


Él se puso a hablar con toda libertad en la sinagoga. Mas cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo llevaron aparte y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.


Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre de Jesús, el Señor, sobre los que estaban poseídos por espíritus malignos, diciendo: 'Os conjuro por Jesús, a quien Pablo predica'.


Comportaos como hombres libres, pero sin usar la libertad como pretexto para encubrir la malicia sino obrando como siervos de Dios.


Muchos los seguirán en sus desvergüenzas, y por su causa será maldecido el camino de la verdad.


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