Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Hechos 15:32 - Biblia Martin Nieto

32 Judas y Silas, que eran también profetas, alentaron y confortaron a los hermanos en una larga conversación.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Entonces Judas y Silas, ambos profetas, hablaron largo y tendido con los creyentes para animarlos y fortalecerlos en su fe.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Judas y Silas, que también eran profetas, dieron ánimo y confortaron a los hermanos con un largo discurso.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

32 Y Judas y Silas, como ellos mismos eran también profetas, consolaron y fortalecieron a los hermanos con abundancia de palabra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Por su parte, Judas y Silas, que también eran profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con un largo discurso.

Féach an chaibidil Cóip




Hechos 15:32
39 Tagairtí Cros  

También yo, en el año primero de Darío, el medo, estaba junto a él para animarlo y ayudarlo.


a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,


Por eso dijo también la sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán y a otros los perseguirán.


Al llegar y ver la gracia de Dios, se llenó de alegría y exhortaba a todos a perseverar con un corazón firme, fieles al Señor,


Por entonces unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía.


En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores: Bernabé y Simón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manahén, hermano de leche de Herodes el virrey, y Saulo.


animando a los discípulos, exhortándolos a permanecer en la fe y diciéndoles que tenemos que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.


Algunos que vinieron de Judea enseñaban a los hermanos: 'Si no os circuncidáis según el rito de Moisés, no podéis salvaros'.


Entonces los apóstoles y los presbíteros, con toda la Iglesia, decidieron elegir a algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabás y a Silas, hombres eminentes entre los hermanos.


Os enviamos a Judas y a Silas, que os dirán lo mismo de palabra.


Ellos, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaría, narrando la conversión de los paganos y causando un gran gozo a todos los hermanos.


Al leerla, se llenaron de alegría por su contenido alentador.


Recorrió Siria y Cilicia, confirmando en la fe a las Iglesias.


Allí estuvo algún tiempo y recorrió nuevamente la región de Galacia y Frigia, alentando a todos los discípulos.


Y con otras muchas palabras los apremiaba y los exhortaba diciendo: 'Salvaos de esta generación perversa'.


Recorrió aquellas regiones exhortando a los discípulos en largas conversaciones. Por fin llegó a Grecia,


Pero tenemos carismas diferentes, según lo que Dios ha querido dar a cada uno; el que tenga el carisma de la profecía, que lo ejerza conforme a la fe;


el que tenga el de exhortar, que se dedique a exhortar; el que tiene el de repartir limosna, que reparta con generosidad; el que tiene el de presidir, que presida con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría.


Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie os pueda reprochar nada el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo.


En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los demás que den su parecer.


Pero el que profetiza, habla a los hombres, los forma, los anima y los consuela.


Los que hablan en nombre de Dios deben estar sometidos a los que tienen ese don,


secreto que no se dio a conocer a los hombres de las generaciones pasadas, y que ahora se lo ha manifestado a sus santos apóstoles y profetas por medio del Espíritu.


Bien sabéis que hemos sido para cada uno de vosotros como un padre para sus hijos;


y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, con la misión de confortaros y alentaros en vuestra fe,


En fin, hermanos, os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor, a que os portéis de la manera que os enseñamos para agradar a Dios; ya lo hacíais, pero hacedlo todavía mejor.


Hermanos, os pedimos también que corrijáis a los indisciplinados, que animéis a los cobardes, que sostengáis a los débiles y que seáis pacientes con todos.


Pues bien, a estos tales exhortamos y amonestamos en nombre de Jesucristo, el Señor, a trabajar en paz y a ganarse el pan que comen.


Te ruego, ante todo, que se hagan peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres,


predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, corrige, exhorta con toda paciencia y con preparación doctrinal.


A los presbíteros que hay entre vosotros los exhorto yo, presbítero también, testigo de los sufrimientos de Cristo y participante en la gloria que habrá de manifestarse en el futuro:


El Dios de toda gracia que os llamó en Cristo a su eterna gloria, él mismo os perfeccionará después de un breve padecer, os confirmará, os fortalecerá y os consolidará.


Por medio de Silvano, a quien tengo por un fiel hermano vuestro, os he escrito estas pocas palabras para exhortaros y aseguraros que la gracia de Dios, en la cual vosotros os mantenéis firmes, es la verdadera


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí