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Hechos 15:20 - Biblia Martin Nieto

20 sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de comer sangre o carne de animales ahogados.

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Biblia Reina Valera 1960

20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Al contrario, deberíamos escribirles y decirles que se abstengan de comer alimentos ofrecidos a ídolos, de inmoralidad sexual, de comer carne de animales estrangulados y de consumir sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Digámosles en nuestra carta tan sólo que se abstengan de lo que es impuro por haber sido ofrecido a los ídolos, de las relaciones sexuales prohibidas, de la carne de animales sin sangrar y de comer sangre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Solamente escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos,° de la fornicación,° de lo estrangulado,° y de la sangre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de lo estrangulado y de la sangre.

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Hechos 15:20
47 Tagairtí Cros  

Jacob dijo a su familia y a todos los que estaban con él: 'Tirad los dioses extranjeros que hay en medio de vosotros, purificaos y cambiad vuestros vestidos.


Sólo una cosa no debéis comer: carne que tenga aún dentro su vida, esto es, su sangre.


No hagáis junto a mí dioses de plata ni de oro.


Diles: Esto dice el Señor Dios: Coméis carne con sangre, alzáis los ojos hacia vuestros ídolos, derramáis sangre, ¿y vais a poseer el país?


'¡Ah, Señor Dios - exclamé yo-, mira que yo no me he manchado jamás, no he comido desde mi adolescencia hasta ahora bestia muerta ni despezada, ni jamás carne inmunda entró en mi boca!'.


Daniel tenía el propósito de no contaminarse con la comida del rey ni con el vino que él bebía, y suplicó al jefe de los eunucos que no le obligara a contaminarse.


Ninguno de vosotros se acercará a mujer de su propia familia para tener relaciones sexuales con ella: yo, el Señor.


No comeréis nada que tenga sangre; no practicaréis la adivinación ni la magia.


Ésta será ley perpetua para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis: nunca comeréis ni las grasas ni la sangre'.


Ellas les invitaban a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comía y se prosternaba ante ellos.


abstenerse de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós'.


Por lo que respecta a los paganos que han abrazado la fe, les hemos mandado a decir que se debían abstener de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados'.


Lo que os decía es que no trataseis con el que presume de cristiano y es lujurioso, avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón; con éstos, ni comer.


'Los manjares para el estómago y el estómago para los manjares'. Pero Dios exterminará ambas cosas. El cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor, para el cuerpo.


Huid de la lujuria. Cualquier otro pecado cometido por el hombre queda fuera del cuerpo, pero el pecado de lujuria daña al propio cuerpo.


¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis; ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los invertidos,


pero para evitar la lujuria, que cada uno tenga su mujer, y cada mujer su marido.


Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor.


y que, cuando llegue, me humille mi Dios por causa vuestra y tenga que llorar por muchos que antes pecaron y no se han arrepentido de la impureza, de la lujuria y el desenfreno a que se entregaron.


Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno,


En lo que se refiere a la lujuria y a toda clase de impureza o avaricia, que ni siquiera se nombre entre vosotros, como debe ser entre creyentes;


Pero no comeréis la sangre, sino que la derramaréis en la tierra como el agua.


No comeréis ningún animal muerto. Lo darás al extranjero residente o lo venderás al extranjero de fuera. Tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.


Pero la sangre no la comerás: la derramarás por tierra, como se derrama el agua.


Por tanto, destruid todo lo que hay de terrenal en vuestro cuerpo: la lujuria, la impureza, las pasiones, los apetitos desordenados y la avaricia que es una idolatría;


Ahora bien, ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que huyáis de la impureza,


que nadie sea lujurioso ni desprecie la religión, como Esaú, quien, por una comida, vendió sus derechos de primogénito.


Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará a los lujuriosos y a los adúlteros.


Ya es suficiente que hayáis empleado el tiempo pasado en vivir a lo pagano, en groserías, liviandades, desenfrenos, orgías borracheras y nefandas idolatrías.


Tenía en la mano un librito abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra,


Después, la voz del cielo que había oído me habló de nuevo y me dijo: 'Anda, toma el libro abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra'.


Pero tengo algo contra ti: tienes secuaces de la doctrina de Balaán, el cual enseñaba a Balac la manera de hacer caer a los israelitas, incitándoles a comer carnes sacrificadas a los ídolos y a fornicar.


Pero tengo esto contra ti: dejas que Jezabel, esa mujer que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis servidores hasta hacerles vivir en la lujuria y comer las carnes sacrificadas a los ídolos.


Los demás hombres que no fueron exterminados por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, ni cesaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no podían ni ver, ni oír, ni caminar;


El pueblo se echó sobre el botín; se apoderaron de ovejas, bueyes y terneros; los degollaron en el suelo, y comieron la carne con la sangre.


Se lo fueron a decir a Saúl: 'Mira, el pueblo ha pecado contra el Señor comiendo la carne con la sangre'. Él les dijo: 'Rodad hacia mí una piedra grande'.


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