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Hebreos 10:31 - Biblia Martin Nieto

31 Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.

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Biblia Reina Valera 1960

31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!

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Hebreos 10:31
14 Tagairtí Cros  

Entended esto bien los que olvidáis a Dios, si no queréis que os destroce y no haya quien os salve;


Ante tu amenaza, oh Dios de Jacob, carros y caballos quedaron inmóviles.


¿Quién puede conocer la fuerza de tu ira, quién teme la violencia de tu enojo?


Aquel día los egipcios serán como mujerzuelas; se asustarán y se horrorizarán al ver agitarse la mano que el Señor todopoderoso levantará contra ellos.


Se estremecen en Sión los pecadores, el terror invade a los criminales. ¿Quién de nosotros podrá resistir ante el fuego abrasador; quién resistirá estas llamas eternas?


No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.


Simón tomó la palabra y dijo: 'Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo'.


Os diré a quién debéis de temer: Temed al que después de haberos matado puede echaros en el fuego. Sí, temed a éste.


habrá grandes terremotos, hambre y peste en diversos lugares, sucesos espantosos y grandes señales en el cielo.


Pues ahora la mano del Señor está sobre ti; te vas a quedar ciego sin ver el sol por cierto tiempo'. Y en el mismo instante quedó sumergido en la oscuridad y en las tinieblas; y, dando vueltas, buscaba quien lo llevara de la mano.


Sabiendo que debemos respetar al Señor, tratamos de convencer a los hombres, pues somos bien conocidos de Dios, y espero que lo seamos también de vuestras conciencias.


sino una terrible expectación y el ardor vindicativo del fuego que consumirá a los rebeldes.


Porque nuestro Dios es fuego devorador.


Hermanos, tened cuidado, que no haya entre vosotros un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo.


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