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Habacuc 3:16 - Biblia Martin Nieto

16 He oído, y estoy profundamente conmovido; a tu voz tiemblan mis labios; estoy completamente descompuesto, mis pasos vacilan al andar. Tranquilo espero el día de la angustia, que ha de caer sobre el pueblo que nos asalta.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Al oír esto, me estremecí por dentro; mis labios temblaron de miedo. Se me doblaron las piernas, caí y temblé de terror. Esperaré en silencio el día venidero cuando la catástrofe golpee al pueblo invasor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Al oírlo, mi corazón palpita, al sentirlo, mis labios se estremecen, se corrompe la médula en mis huesos, y temblequean mis piernas. Espero, sin embargo, el día amargo que sobrevendrá al pueblo opresor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Lo escuché, y se conmovieron mis entrañas, Y mis labios palpitaron al oírlo. La podredumbre entró en mis huesos, Y dentro de mí mismo me estremezco, porque debo esperar quieto el día de la adversidad, Cuando el pueblo que nos ha de invadir suba con sus tropas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Lo he oído y se estremecen mis entrañas, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el día de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.

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Habacuc 3:16
29 Tagairtí Cros  

De noche perfora el mal mis huesos, no descansan las llagas que me roen.


Mi piel ennegrecida se me salta, mis huesos queman por la fiebre.


ante ti se estremece mi cuerpo de terror, tengo miedo de tus decisiones.


si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;


Una mujer virtuosa es la corona de su marido, una mujer desvergonzada es como la carcoma en sus huesos.


Un corazón tranquilo es la vida del cuerpo, la envidia es la caries de los huesos.


Por eso están llenos de convulsiones mis riñones; soy presa de dolores, como los dolores de mujer en parto; la angustia me aturde, el espanto me ciega.


Contra los profetas: 'Mi corazón se rompe dentro de mí, todos mis miembros se estremecen; soy como un borracho, como un hombre vencido por el vino ante el Señor y sus santas palabras.


¡Ay! Porque es grande este día y ningún otro lo iguala. Tiempo de angustia para Jacob, pero del que será liberado.


¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo sufro! ¡Entretelas de mi corazón! El corazón se me salta; ya no puedo callarme porque he oído el sonido del clarín, el clamor de guerra.


Yo haré venir sobre vosotros una nación de muy lejos, oh casa de Israel -dice el Señor-; una nación invencible, una nación muy antigua, una nación cuya lengua desconoces y cuyo hablar no comprendes.


Desde lo alto lanzó un fuego, lo ha vertido en mis huesos; tendió una red ante mis pies y me ha hecho caer; me ha dejado desolada, todo el día sufriendo.


¡Mira, Señor, en qué angustia me encuentro! Mis entrañas se estremecen, mi corazón se consume en mi interior, pues he sido muy rebelde. Fuera la espada hacía estragos, y dentro la muerte.


El espíritu me levantó y me arrebató; iba yo amargado, con el ánimo lleno de excitación, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí.


Quedé así yo solo contemplando esta imponente visión; me sentí sin fuerzas, pálido el rostro casi hasta desvanecerme, porque las fuerzas me abandonaban.


Oí entonces el rumor de sus palabras y, al sentirlo, perdí el sentido y caí de bruces, rostro en tierra.


Entonces yo, Daniel, me sentí sin fuerzas y estuve enfermo algunos días. Después me levanté y me seguí ocupando de los asuntos del rey. Pero continuaba asustado por la visión, que me resultaba incomprensible.


¡Señor, he conocido tu fama; Señor, tengo un gran respeto por tu obra! ¡Hazla revivir en nuestro tiempo, en nuestro tiempo dala a conocer y en la ira acuérdate de compadecerte!


Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras vidas'.


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