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Habacuc 2:5 - Biblia Martin Nieto

5 El vino es ciertamente traicionero; así el hombre soberbio no resiste en pie; el que ensancha como el abismo sus fauces y es insaciable como la muerte querría adueñarse de todas las naciones, tener a todos los pueblos bajo su dominio.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 La riqueza es traicionera y los arrogantes nunca están tranquilos. Abren la boca tan grande como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. En su avaricia juntaron a muchas naciones y devoraron a muchos pueblos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¡Ciertamente es traidora la riqueza! El hombre es un tonto, y no gana nada el que ensancha su codicia y se pone insaciable igual que la muerte, que se apodera de todas las naciones y acapara para él todos los pueblos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 El hombre arrogante, traicionado por el vino, no se queda en casa; ensancha como el Seol su alma, y es como la Muerte, que nunca se sacia. Aunque despoje a todos los pueblos y se adueñe de todas las naciones,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Ciertamente la riqueza engaña al hombre altivo e infatigable que dilata sus fauces como el seol y es insaciable como la muerte, que se apodera de todas las naciones y se adueña de todos los pueblos.

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Habacuc 2:5
33 Tagairtí Cros  

Como has derrotado a Edón, te has engreído. Goza de tu gloria y quédate en tu casa. ¿Por qué quieres acarrearte la desgracia, para que caigas tú y Judá contigo?'.


Aunque es excelso, el Señor se fija en el humilde, pero conoce desde lejos al soberbio.


El vino es pendenciero, los licores insolentes; el que en ellos se pierde no es sabio.


'Insolente' es el nombre del soberbio, del arrogante, que obra con extrema insolencia.


El abismo y el infierno son insaciables, los ojos del hombre son también insaciables.


Cuando los bienes aumentan, aumentan los parásitos; y ¿qué ventaja saca el propietario? Verlos con sus ojos.


al que hería a los pueblos con saña golpeando sin tregua, y aplastaba con furia a las naciones pisoteando sin piedad.


Hemos conocido la soberbia de Moab, demasiado orgulloso: su empaque, su vanidad, su arrogancia, sus huecas pretensiones.


La arrogancia humana será humillada, el orgullo del hombre será abatido; sólo el Señor será exaltado el día aquel.


Se dispone la mesa, se extiende el mantel, se come y se bebe. ¡En pie, capitanes; engrasad el escudo!


Por eso el abismo ha ensanchado sus fauces, ha abierto su boca sin medida; ¡baja allá la grandeza (de Sión) y su turba bulliciosa y alegre!


¡Ay de aquellos que añaden casas a casas y juntan campos con campos hasta ocupar todo el lugar y quedar como únicos propietarios del país!


yo mando a buscar a todas las tribus del norte -dice el Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de los contornos; las aniquilaré y las dejaré convertidas en objeto de horror, de escarnio y de oprobio perpetuo.


¡Convocad contra Babilonia a los arqueros! Vosotros todos, los que tensáis el arco, acampad en torno a ella, que no tenga escape. Pagadle con arreglo a sus obras; todo lo que ella hizo, haced con ella, pues se ha insolentado contra el Señor, contra el Santo de Israel.


Cuando tengan calor, les serviré bebida; los emborracharé hasta que se aturdan y caigan en sueño eterno para no despertar jamás -dice el Señor-.


Él los saca a todos con el anzuelo, los atrae en su red, los recoge en el copo y de ello se alegra y regocija.


¿Seguirán los caldeos vaciando sus redes, asesinando sin piedad a los pueblos?


El que no es justo sucumbirá, pero el justo por su fidelidad vivirá.


y a que con todo empeño os afanéis en vivir pacíficamente, ocupándoos en vuestros quehaceres y trabajando con vuestras propias manos, como os lo tenemos recomendado.


Pero da una gracia mayor, según dice la Escritura: Dios resiste a los soberbios, pero da la gracia a los humildes.


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