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Génesis 22:17 - Biblia Martin Nieto

17 te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tu descendencia, que será como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la otra orilla del mar, y tu descendencia ocupará la puerta de sus enemigos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes, que serán tan numerosos como las estrellas del cielo o como la arena que hay a orillas del mar. Tus descendientes se impondrán a sus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 ciertamente te bendeciré, y multiplicaré° inmensamente tu descendencia, como las estrellas de los cielos y como la arena que hay en la orilla del mar,° y tu descendencia poseerá la puerta° de sus enemigos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 te bendeciré copiosamente y multiplicaré tu posteridad como las estrellas del cielo y como la arena de las orillas del mar; tu descendencia se adueñará de las ciudades de sus enemigos.

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Génesis 22:17
50 Tagairtí Cros  

Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición:


Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; si hay quien pueda contar el polvo de la tierra, ése podrá contar tu descendencia.


Después le llevó fuera y le dijo: 'Levanta tus ojos al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas'; y añadió: 'Así será tu descendencia'.


Te multiplicaré inmensamente: yo haré que de ti salgan pueblos y nazcan reyes.


Y bendijeron a Rebeca diciendo: 'Tú eres nuestra hermana; ¡crece en millares de millares! ¡Que tu descendencia ocupe la puerta de sus enemigos!'.


Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a Isaac, su hijo, que se quedó a vivir junto al pozo de Lajay-Roí.


Y aquella misma noche se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy el Dios de tu padre Abrahán. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abrahán, mi siervo'.


Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y le daré todas estas tierras, y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra;


Que el Dios todopoderoso te bendiga y te haga tan fecundo y numeroso que llegues a ser una comunidad de pueblos.


Que él te dé la bendición de Abrahán, a ti y a tus descendientes contigo, para que poseas la tierra en que resides, la que Dios dio a Abrahán'.


Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo temo que venga y mate a la madre y a los hijos juntamente.


Tú me has dicho: Yo te haré el bien y haré tu descendencia como la arena del mar, tan numerosa que no se puede contar'.


Yo más bien aconsejo que todo Israel, desde Dan hasta Berseba, se reúna en torno a ti, tan numeroso como las arenas que hay a orillas del mar, y que tú mismo en persona vayas con ellos.


Judá e Israel eran numerosos como la arena que hay en la orilla del mar, y comían, bebían y estaban satisfechos.


El rey Salomón construyó, además, una flota en Esyón Guéber, junto a Elat, en la costa del mar Rojo, en el territorio de Edón.


David no contó los menores de veinte años, pues el Señor le había prometido que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo.


Ahora se cumple, Señor Dios, la promesa hecha a mi padre David, ya que tú me has constituido rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.


Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra que habías prometido dar en propiedad a sus padres.


Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Jacob, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo diciendo: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y toda esta tierra, de que os he hablado, se la daré a vuestra descendencia en posesión perpetua'.


Como la arena sería tu descendencia, como sus granos el fruto de tus entrañas. Tu nombre no hubiera sido jamás borrado y extirpado de mi presencia.


Y les diste este país, conforme habías jurado a sus padres, tierra que mana leche y miel.


Como las innumerables estrellas de los cielos y las incontables arenas del mar, así multiplicaré yo la descendencia de mi siervo David y la de los levitas, mis ministros'.


El número de los israelitas será como la arena del mar, que no se puede medir ni calcular. Y en aquella época, en lugar de decirles: 'No- mi-pueblo', se les dirá: 'Hijos-de-Dios-vivo'.


Porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado; ha herido hasta la capital de mi pueblo, hasta Jerusalén.


A Abrahán y a su descendencia le fue hecha la promesa de ser él el heredero del mundo, no por la ley, sino por la justicia que viene de la fe.


Isaías clama sobre Israel: Aunque el número de los israelitas fuera como la arena del mar, sólo un resto se salvará;


¡Demos gracias a Dios que nos da esta victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales y celestiales.


el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado de tal manera que hoy sois tan numerosos como las estrellas del cielo.


El Señor, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más y os bendiga según su promesa.


Tus padres bajaron a Egipto en número de 70 personas, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo.


Amontonarás todo el botín en la plaza pública e incendiarás la ciudad con todo su botín como ofrenda en honor del Señor, tu Dios. Quedará convertida en un montón de ruinas, que nunca se reedificará.


De lo que se ha destinado al exterminio no guardarás nada para ti, para que se aplaque el furor de la ira del Señor, tenga compasión de ti y te haga crecer en número tal como se lo prometió a tus padres,


los padres lo llevarán a los ancianos a las puertas de la ciudad


Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar.


diciendo: Sí, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia.


El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces potentes que decían: El imperio del mundo ha pasado a nuestro señor y a su mesías; él reinará por los siglos de los siglos.


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