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Ezequiel 3:11 - Biblia Martin Nieto

11 y anda, llégate a los deportados, a los hijos de tu pueblo, y diles: Así habla el Señor Dios, escuchen o no escuchen'.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Después ve a tus compatriotas desterrados y diles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”. Hazlo, te escuchen o no».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 luego, anda, vuélvete donde los desterrados, donde la gente de tu pueblo. Les hablarás y les dirás: ¡Así habla Yavé...! te escuchen o no.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Acércate a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales diciendo, así dice Adonay YHVH, te escuchen o no te escuchen.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 y anda, vete a los deportados, a los hijos de tu pueblo, háblales y diles: 'Así dice el Señor Yahveh', tanto si te escuchan como si no te escuchan'.

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Ezequiel 3:11
20 Tagairtí Cros  

El Señor dijo a Moisés: 'Anda, baja, porque tu pueblo, al que has sacado de Egipto, se ha pervertido.


Pero vosotros, todos los desterrados que mandé de Jerusalén a Babilonia, escuchad la palabra del Señor.


Hijos de cara dura y corazón de piedra son aquellos a quienes yo te envío. Les dirás: Esto dice el Señor Dios.


Escuchen o no escuchen -puesto que son una raza de rebeldes-, sabrán que en medio de ellos se encuentra un profeta.


Les comunicarás mis palabras, escuchen o no, porque son una raza de rebeldes.


Hijo de hombre, di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Todavía me hicieron vuestros padres la injuria siguiente, entre tantas infidelidades que cometieron contra mí.


Me dijo también: 'Hijo de hombre, todas las palabras que yo te diga consérvalas en tu corazón, escúchalas con la mayor atención;


Entonces el espíritu me arrebató y oí detrás de mí el ruido de una gran trepidación, mientras la gloria del Señor se levantaba de su sitio;


Llegué a Tel-Abib, junto a los deportados que habitaban a lo largo del río Quebar, allí donde ellos habitaban, y permanecí como aturdido siete días en medio de ellos.


Pero cuando yo te hable, abriré tu boca y les dirás: Así habla el Señor; quien quiera escuchar escuche, quien no quiera no escuche; porque son una raza de rebeldes'.


Hijo de hombre, di aún a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le salvará si se pervierte, ni el injusto perecerá por su injusticia si se convierte, así como el justo no podrá vivir por su justicia, si llega a pecar.


Pero las gentes de tu pueblo andan diciendo: ¡No es justo el camino del Señor, cuando son sus caminos los que no son justos!


'Hijo de hombre, habla a los israelitas y diles: En caso de que yo haga venir la espada sobre un país dado, si la gente de este país toma a un hombre de entre los suyos y lo pone como centinela,


En cuanto a ti, hijo de hombre, las gentes de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas y se dicen los unos a los otros: Vamos a escuchar cuál es la palabra que viene de parte del Señor.


Y cuando te pregunten las gentes de tu pueblo: ¿Querrías explicarnos qué significa esto?,


En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe, que hace guardia sobre los hijos de tu pueblo. Será aquél un período de angustia como no lo hubo desde que existen las naciones hasta aquel día. Entonces serán salvados, de entre el pueblo, todos aquellos que se hallen inscritos en el libro.


En seguida se presentaron al rey y le dijeron a propósito del decreto de prohibición: '¿No has firmado una prohibición que todo el que en el espacio de treinta días dirija una oración a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea arrojado en la fosa de los leones?'. El rey respondió: 'Sí, así está establecido según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable'.


y me dijo: Levántate y baja rápido de aquí, porque tu pueblo, el que has sacado de Egipto, ha prevaricado: pronto se ha desviado del camino que yo le ordené y se han hecho una imagen de metal fundido.


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