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Ezequiel 23:8 - Biblia Martin Nieto

8 Ni renegó de sus prostituciones de Egipto, donde se habían acostado con ella, en su juventud, acariciando sus pechos virginales y derramando en ella su impureza.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando salió de Egipto, no abandonó la prostitución, sino que continuó tan depravada como en su juventud, cuando los egipcios se acostaban con ella, le manoseaban los senos y la tenían como prostituta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero no se había olvidado de sus prostituciones con los Egipcios sino que seguían acostándose con ella, manoseaban sus senos y abusaban de ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero no dejó de fornicar con los egipcios, Que en su juventud se habían acostado con ella Acariciando sus pezones virginales y vertiendo en ella su lujuria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 sin abandonar por eso sus prostituciones con los egipcios, que se habían acostado con ella en su juventud, habían manoseado sus senos virginales y desahogado en ella su lujuria.'

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Ezequiel 23:8
10 Tagairtí Cros  

Y, después de aconsejarse, hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: '¡Basta ya de subir a Jerusalén! Aquí tienes a tu dios, oh Israel, el que te sacó de Egipto'.


Sin embargo, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; esto es, los becerros de oro, que había en Betel y en Dan.


Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal.


Éste los tomó en sus manos, los fundió, los trabajó a cincel e hizo un becerro. Ellos dijeron: 'Israel, ahí tienes a tu Dios, el que te sacó de Egipto'.


Y les dije: Tirad los ídolos que seducen vuestros ojos y no os contaminéis con los ídolos de Egipto: Yo soy el Señor, vuestro Dios.


Ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud, cuando se prostituía en Egipto


Renovaste así la infamia de tu juventud, cuando los egipcios palpaban tu pecho y acariciaban tu seno virginal.


Se prostituyeron en Egipto desde su juventud. Allí palparon su pecho y acariciaron su seno virginal.


La beberás, la apurarás, roerás incluso sus cascotes, que te desgarrarán el seno. He hablado yo, dice el Señor Dios.


Su cadáver quedará tendido en la plaza de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto (donde también ha sido crucificado su Señor).


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