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Ezequiel 20:1 - Biblia Martin Nieto

1 En el año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron a consultar al Señor algunos ancianos de Israel y se sentaron a mi alrededor.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El 14 de agosto, durante el séptimo año de cautividad del rey Joaquín, algunos de los líderes de Israel vinieron a pedir un mensaje del Señor. Se sentaron frente a mí en espera de su respuesta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El diez del quinto mes del séptimo año, algunos ancianos de Israel habían venido a consultar a Yavé y se hallaban sentados frente a mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, aconteció que algunos de los ancianos de Israel vinieron a consultar a YHVH, y se sentaron delante de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Yahveh y se sentaron delante de mí.

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Ezequiel 20:1
27 Tagairtí Cros  

Eliseo dijo al rey de Israel: '¿Qué tengo que ver yo contigo? Vete a consultar a los profetas de tu padre y a los de tu madre'. Pero el rey de Israel repuso: 'Es que el Señor nos ha reunido a tres reyes para entregarnos en manos de Moab'.


Eliseo estaba sentado en su casa, con los ancianos que le rodeaban, cuando el rey le envió a un mensajero; pero antes de que el mensajero llegase, Eliseo había dicho a los ancianos: '¿Habéis visto cómo este hijo de asesino ha mandado a cortarme la cabeza? Mirad, cuando el mensajero llegue, cerrad la puerta y no le dejéis pasar. ¿No sentís el ruido de los pasos de su señor detrás de él?'.


Ha dicho el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí tan sólo con palabras, y sólo de labios me honra, mientras su corazón está lejos de mí, siendo así su religión para conmigo sólo un mandamiento humano, una lección aprendida,


Me buscan ellos día tras día, se afanan por saber mis caminos, como un pueblo que practicara la justicia y no se apartara del derecho de su Dios; me interrogan sobre las leyes justas, desean la cercanía de Dios:


'Consulta al Señor acerca de nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos hace la guerra. Tal vez el Señor renueve en favor nuestro todas sus maravillas y nuestro enemigo se aleje de nosotros'.


El rey Sedecías envió a sacarlo y le interrogó en secreto en su palacio: '¿Hay alguna palabra de parte del Señor?'. 'Sí', respondió Jeremías; y añadió: 'Tú serás entregado en manos del rey de Babilonia'.


El día cinco del mes -era ya el año quinto de la deportación del rey Joaquín-


El año noveno, el día diez del décimo mes, el Señor me dijo:


En el año undécimo, el día primero del mes, el Señor me dijo:


El año décimo, el doce del décimo mes, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:


El año veintisiete, el día uno del primer mes, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:


El año undécimo, el día siete del primer mes, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:


El año undécimo, el día uno del tercer mes, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:


El año undécimo, el día uno del duodécimo mes, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:


El año veinticinco de nuestro destierro, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, aquel día el Señor puso su mano sobre mí y me llevó,


El año sexto, el día cinco del sexto mes, estando en mi casa rodeado de los ancianos de Judá, el Señor puso su mano sobre mí.


Y setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, entre los cuales se encontraba Jazanías, hijo de Safán, estaban de pie ante aquéllos, cada uno con su incensario en la mano, del cual subía el perfume del incienso.


Le enviaron discípulos suyos con los herodianos a decirle: 'Maestro, sabemos que eres sincero, que enseñas de verdad el camino de Dios y que no te importa nada el qué dirán, porque no tienes respetos humanos.


Marta tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.


A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles.


La gente fue a ver qué había sucedido y, al llegar, encontraron al hombre del que habían salido los demonios sentado a los pies de Jesús, vestido y en su sano juicio; y se llenaron de miedo.


Él siguió: 'Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado aquí, en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, instruido en la fiel observancia de la ley de nuestros padres, partidario entusiasta de la causa de Dios, como todos vosotros los sois en este día;


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