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Ezequiel 19:1 - Biblia Martin Nieto

1 Y tú entona una elegía sobre los príncipes de Israel

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Biblia Reina Valera 1960

1 Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Entona este canto fúnebre para los príncipes de Israel:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vas a pronunciar una lamentación respecto a los príncipes de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y tú, entona un canto fúnebre por los príncipes de Israel. Diles:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 'Y tú, entona una lamentación por los príncipes de Israel.

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Ezequiel 19:1
34 Tagairtí Cros  

Y el Faraón Necó nombró rey a Eliaquín, hijo de Josías, en lugar de su padre Josías, y le cambió el nombre en Joaquín; a Joacaz, lo llevó a Egipto, donde murió.


Entonces Jeconías, rey de Judá, salió al encuentro del rey de Babilonia, él y su madre, sus cortesanos, sus magnates y sus eunucos. Y el rey de Babilonia los capturó al año octavo de su reinado.


Joaquín murió, y le sucedió en el trono su hijo Jeconías.


Jeremías compuso una lamentación sobre Josías, que todos los cantores y cantoras recitan todavía hoy entre sus elegías sobre el rey Josías; ha venido a ser una regla en Israel, y están escritas en las Lamentaciones.


A la vuelta del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia con el valioso mobiliario del templo del Señor, y nombró rey de Judá y Jerusalén a su tío Sedecías.


El rey de Egipto lo destronó de Jerusalén e impuso al país un tributo de 3.400 kilos de plata y 34 de oro.


Nabucodonosor, rey de Babilonia, fue contra él y lo llevó a Babilonia cargado de cadenas.


¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían?


Esto dice el Señor: Inscribid así a este hombre; sin hijos, uno que no prosperó en su tiempo; porque ninguno de su estirpe logrará sentarse en el trono de David y reinar en Judá.


El Señor me mostró dos cestas de higos, que estaban delante del templo del Señor. Esto sucedió después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado al destierro, de Jerusalén a Babilonia, a Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, con sus nobles, sus cerrajeros y sus herreros.


Y les daré inteligencia para que conozcan que yo soy el Señor; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se convertirán a mí de todo corazón.


¡Quién me brindara en el desierto un albergue de ambulantes! Abandonaría entonces a mi pueblo; me alejaría de él, porque son todos adúlteros, una pandilla de traidores.


Y yo voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, un cubil de chacales; y de las ciudades de Judá un desierto, donde nadie habite.


El aire de nuestro aliento, el ungido del Señor, quedó preso en sus fosas; aquel que decíamos: '¡A su sombra viviremos en medio de las gentes!'.


Los príncipes fueron colgados por sus manos y el rostro de los ancianos no ha sido respetado.


Ha salido fuego de su tronco que devoró ramas y frutos. No ha quedado ni un solo ramo fuerte, ni un cetro real'. (Esto es una elegía; como elegía se cantará).


y di: '¿Qué era tu madre? Una leona entre leones. Echada en medio de los leoncillos crió a sus cachorros.


Lo desenrolló ante mi vista. Estaba escrito por dentro y por fuera, y contenía lamentaciones, gemidos y ayes.


Y entonarán sobre ti esta elegía: ¡Ah! ¡Cómo has caído, desaparecido de los mares, tú, la ciudad famosa, tan poderosa en el mar, con tus habitantes, los que infundían su terror a los del continente!


'Hijo de hombre, entona una elegía sobre Tiro.


En su dolor entonarán por ti una elegía, lanzarán estos lamentos: ¿Quién era como Tiro, que ahora está muda en medio del mar?


'Hijo de hombre, entona una elegía sobre el príncipe de Tiro. Le dirás: Esto dice el Señor Dios: Tú eras el dechado de la perfección, lleno de sabiduría y de espléndida belleza.


Tal es la elegía que cantarán las hijas de las naciones, la cantarán sobre Egipto y sobre todo su pueblo, dice el Señor Dios.


'Hijo de hombre, compón un canto fúnebre sobre el pueblo de Egipto; hazle bajar a él y a las hijas de naciones poderosas a las moradas subterráneas, junto a los que bajan a la fosa.


'Hijo de hombre, entona una elegía sobre el Faraón, rey de Egipto. Le dirás: ¡León entre las gentes, ya estás aniquilado! Eras como un cocodrilo en el agua, agitabas los ríos con el soplo de tus narices, enturbiabas las aguas con tus patas, removías sus corrientes.


Escuchad esta palabra que pronuncio contra vosotros, un canto fúnebre, ¡oh casas de Israel!


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