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Deuteronomio 26:5 - Biblia Martin Nieto

5 Tomarás de nuevo la palabra y dirás ante el Señor, tu Dios: Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto. Allí se quedó con unas pocas personas más; pero pronto se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »En la presencia del Señor tu Dios tendrás que decir: “Mi antepasado Jacob era un arameo errante que fue a vivir como extranjero a Egipto. Su familia era poco numerosa cuando llegó, pero en Egipto creció hasta volverse una nación grande y poderosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Entonces tú dirás estas palabras ante Yavé:

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Entonces hablarás y dirás en presencia de YHVH tu Dios: Un arameo errante fue mi padre, el cual con muy pocos hombres bajó a Egipto para habitar allí temporalmente, y allí llegó a ser un pueblo grande, fuerte y numeroso.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y tomando de nuevo la palabra, dirás ante Yahveh, tu Dios: 'Mi padre fue un arameo errante que bajó a Egipto, donde se estableció con unas pocas personas; pero allí se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa.

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Deuteronomio 26:5
28 Tagairtí Cros  

Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición:


sino que irás a mi tierra, adonde están los míos, a tomar una mujer para mi hijo Isaac'.


el cual, a la edad de cuarenta años, se casó con Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Padán Arán, y hermana de Labán.


Desde entonces Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y se dijo: 'Están próximos los días en que se hará el duelo por mi padre; entonces mataré a mi hermano Jacob'.


Así despidió Isaac a Jacob, y éste se fue a Padán Arán, a casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo, y hermano de Rebeca, madre de Esaú y Jacob.


Jacob engañó a Labán, el arameo, no descubriéndole su intención de huir.


Dios se apareció en sueños de noche a Labán, el arameo, y le dijo: 'Guárdate de hablar a Jacob, ni bien ni mal'.


De día me consumía el calor y de noche el frío, mientras el sueño huía de mis ojos.


Tomad doble cantidad de dinero y restituid el que os fue devuelto en la boca de los sacos; quizá fue una equivocación.


Allí yo cuidaré de tu subsistencia, para que no perezcas de miseria tú y tu familia y todos los tuyos, porque todavía habrá cinco años de hambre.


Dios me ha enviado delante de vosotros para asegurar vuestra supervivencia en el país y salvar la vida de muchos de vosotros.


Los hijos de José que le nacieron en Egipto, dos. En total, las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto eran setenta.


Los israelitas se establecieron en Egipto en la región de Gosen, se posesionaron de ella y crecieron y se multiplicaron en gran manera.


Y añadieron: 'Hemos venido a habitar en este país porque en Canaán no hay pastos para los ganados de tus siervos y el hambre se ha agravado; permite que tus siervos habiten en la región de Gosen'.


Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y crecían; los egipcios llegaron a odiar a los israelitas.


Todas las personas nacidas de Jacob fueron setenta. José estaba ya en Egipto.


Los israelitas, muy fecundos, se multiplicaron sobremanera, aumentando progresivamente y llegando a ser tan numerosos que llenaron toda aquella región.


Galaad es sólo mentira. En Guilgal inmolan toros; por eso sus altares serán reducidos a montones de piedras sobre los surcos de los campos.


Jacob huyó a las llanuras de Siria, Israel sirvió por una mujer, por una mujer guardó rebaños.


Jacob fue a Egipto, donde él y nuestros padres murieron.


el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado de tal manera que hoy sois tan numerosos como las estrellas del cielo.


Tus padres bajaron a Egipto en número de 70 personas, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo.


El sacerdote recibirá la cesta de tus manos y la pondrá delante del altar del Señor, tu Dios.


El Señor se fijó en vosotros y os eligió, no por ser el pueblo más numeroso entre todos los pueblos, ya que sois el más pequeño de todos.


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