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Daniel 4:26 - Biblia Martin Nieto

26 Doce meses después, paseando por su palacio real de Babilonia,

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Sin embargo, quedaron en la tierra el tocón y las raíces del árbol. Esto significa que usted recibirá nuevamente el reino cuando haya reconocido que es el cielo el que gobierna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Doce meses después, mientras se paseaba por la terraza del palacio real de Babilonia,

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Y en cuanto a la orden de dejar el tronco del árbol con sus raíces en la tierra, significa que tu reino te quedará firme, después que hayas reconocido que los cielos son los que gobiernan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Doce meses después, mientras estaba paseándose por el palacio real de Babilonia,

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Daniel 4:26
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para que implorasen el favor del Dios del cielo acerca de aquel enigma y no pereciesen Daniel y sus compañeros junto con los otros sabios de Babilonia.


El enigma fue manifestado a Daniel en una visión nocturna. Y bendijo al Dios del cielo,


Tú, oh rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el imperio, la fuerza, el poder y la gloria,


Tal es el sueño que he tenido yo, el rey Nabucodonosor. Y tú, Baltasar, indícame su interpretación, ya que los sabios de mi reino no fueron capaces de darme una explicación, mientras que tú eres capaz, porque en ti mora el espíritu del Dios santo'.


En cuanto a la orden de dejar el tocón del árbol y sus raíces, quiere decir que tu reino se te conservará una vez que hayas reconocido que todo poder proviene del cielo.


'Transcurrido aquel tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y la razón volvió a mí; entonces bendije al altísimo, alabando y glorificando al que vive eternamente, a aquel cuyo reino es un reino eterno, cuyo imperio perdura de generación en generación.


Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria.


Fue expulsado de la sociedad de los hombres; su corazón fue hecho semejante al de las bestias y fue a convivir con los asnos salvajes; se le dio de comer hierba como a los toros, y su cuerpo se humedeció con rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y pone en él a quien quiere.


Al ver esto los discípulos, admirados, decían: '¡Cómo se ha secado de repente la higuera!'.


Pero yo os digo que no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;


Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.


El hijo comenzó a decir: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo.


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