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2 Tesalonicenses 1:7 - Biblia Martin Nieto

7 y a vosotros, que sufrís, daros el descanso en compañía nuestra, cuando Jesús, el Señor, aparezca en el cielo con sus ángeles poderosos,

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Biblia Reina Valera 1960

7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Y Dios les brindará descanso a ustedes que están siendo perseguidos y también a nosotros cuando el Señor Jesús aparezca desde el cielo. Él vendrá con sus ángeles poderosos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 y que a ustedes, los perseguidos, les dé el descanso con nosotros el día en que el Señor Jesús se manifieste glorioso y venga del cielo rodeado de su corte de ángeles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 y a vosotros, que sois atribulados, daros° reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Señor Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,

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2 Tesalonicenses 1:7
51 Tagairtí Cros  

Toda la montaña del Sinaí humeaba, porque sobre ella había descendido el Señor en medio de fuego. El humo subía como de un horno, y toda la montaña se estremecía fuertemente.


Allí se le apareció el ángel del Señor en llama de fuego, en medio de una zarza. Miró, y vio que la zarza ardía sin consumirse.


para entrar en la paz. En su lecho reposan los que han caminado rectamente.


Pues el Señor viene entre fuego, sus carros como torbellino, para desfogar su cólera en incendio y sus amenazas en ardientes llamas.


En medio de estos cuatro seres se veían como brazos incandescentes a modo de antorchas que se agitaban de acá para allá entre ellos. Resplandecía el fuego, y del fuego se desprendían fulgores.


Yo seguía observando: se instalaron unos tronos, y un anciano se sentó. Sus vestiduras eran blancas como la nieve; como lana pura el cabello de su cabeza; su trono era de llamas, con ruedas de fuego ardiente.


Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.


Os aseguro que algunos de los presentes no morirán sin haber visto al hijo del hombre venir como rey'.


'Cuando venga el hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles se sentará sobre el trono de su gloria.


Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Jesús contestó: 'Tú lo has dicho. Y os declaro que desde ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Padre y venir sobre las nubes del cielo'.


Jesús le dijo: '¡Yo soy!, y veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del todopoderoso y venir entre las nubes del cielo'.


Porque si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina ante esta generación adúltera y pecadora, también el hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles'.


Abrahán repuso: Hijo, acuérdate que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, por el contrario, males. Ahora él está aquí consolado, y tú eres atormentado.


Así sucederá el día en que el hijo del hombre se manifieste.


Todo fue hecho por él / y sin él nada se hizo. /


Y añadió: 'Os aseguro que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el hijo del hombre'.


que les dijeron: 'Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo'.


Por tanto, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados;


Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; si es que padecemos con él, para ser también glorificados con él.


El trabajo de cada uno aparecerá claro el día del juicio, porque ese día se manifestará con fuego, y el fuego probará la obra de cada uno.


Pues el peso momentáneo y ligero de nuestras penalidades produce, sobre toda medida, un peso eterno de gloria


Os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.


porque por él mismo fueron creadas todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra, lo invisible y lo visible, tanto los tronos como las dominaciones, los principados como las potestades; absolutamente todo fue creado por él y para él;


Que él fortalezca vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, para cuando venga Jesús, nuestro Señor, con todos los suyos.


si sufrimos con él, también reinaremos con él; si le negamos, él nos negará a nosotros;


mientras aguardamos el feliz cumplimiento de lo que se nos ha prometido y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo,


sino una terrible expectación y el ardor vindicativo del fuego que consumirá a los rebeldes.


Porque nuestro Dios es fuego devorador.


Mientras sigue en vigor la promesa de entrar en su descanso, hay que tener mucho cuidado, no sea que alguno de vosotros no lo consiga.


Esforcémonos, pues, por entrar en este reposo, para que nadie sucumba imitando aquel ejemplo de desobediencia.


Existe, pues, un reposo reservado para el pueblo de Dios;


así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados del mundo, aparecerá una segunda vez, sin pecado, para dar la salvación a los que le esperan.


el cual una vez sometidos los ángeles las potestades y las virtudes, subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios.


En cambio, la misma palabra de Dios tiene reservados y guardados los cielos y la tierra actuales para el día del juicio y de la perdición de los malhechores.


como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.


Miradlo, viene entre nubes; lo verán todos, aun los que lo traspasaron, y se lamentarán sobre él todas las naciones de la tierra. Sí. Amén.


beberá el vino de la ira de Dios, que ha sido vertido sin mezcla en el cáliz de su cólera, y será atormentado en el fuego y en el azufre en presencia de los cuatro ángeles y del cordero.


Oí una voz que venía del cielo y decía: 'Escribe: Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos, porque sus obras los acompañan'.


Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.


Enjugará las lágrimas de sus ojos


Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para testificar estas cosas acerca de las Iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la estrella radiante de la mañana'.


Y me dijo: 'Estas palabras son ciertas y auténticas, y el Señor Dios de los espíritus de los profetas ha enviado a su ángel a mostrar a sus servidores lo que va a suceder en seguida.


Pero él me dijo: 'No lo hagas, pues yo soy un servidor, como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios'.


Dieron a cada uno una vestidura blanca, y les dijeron que tuvieran paciencia aún por un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus compañeros de servicio y de sus hermanos, que iban a morir como ellos.


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