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2 Reyes 23:29 - Biblia Martin Nieto

29 En su tiempo, el Faraón Necó, rey de Egipto, fue en ayuda del rey de Asiria hacia el río Éufrates. El rey Josías le salió al paso, pero el faraón le dio muerte al primer encuentro en Meguido.

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Biblia Reina Valera 1960

29 En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel, así que le vio, lo mató en Meguido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo, pero el rey Necao mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 En ese tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, llevó a cabo una expedición hasta el Eufrates para combatir con el rey de Asur. El rey Josías salió a enfrentarlo, pero Necao dio orden de matarlo en cuanto lo vio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 En sus días, Faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria; y el rey Josías fue a su encuentro, pero en cuanto aquél lo vio, le dio muerte en Meguido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el río Éufrates. Salió el rey Josías a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

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2 Reyes 23:29
24 Tagairtí Cros  

Baaná, hijo de Ajilud, en Tanac, Meguido y hasta más allá de Yocmeán; en todo Betsán, que está por bajo de Yezrael, desde Betsán hasta Abel Mejolá, junto a Sartán.


Pero Amasías no hizo caso, y entonces Joás, rey de Israel, fue y se vieron las caras él y Amasías, rey de Judá, en Bet Semes de Judá.


Amasías mandó a decir a Joás, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel: '¡Ven, que nos veamos las caras!'.


Por eso, te concederé morir y ser enterrado en paz, y tus ojos no verán toda la desventura que yo voy a acarrear sobre este lugar'. Los mensajeros llevaron la respuesta al rey.


El resto de la historia de Josías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá.


El rey de Egipto no volvió a salir más de su país, porque el rey de Babilonia había conquistado todas sus posesiones desde el torrente de Egipto hasta el río Éufrates.


Ocozías, rey de Judá, al ver esto, huyó camino de Bet Hagán; pero Jehú lo persiguió, diciendo: '¡También a él!'. Y le hirieron en su carro, en la cuesta de Gur, cerca de Yibleán. Él huyó a Meguido, pero allí murió.


Pero se da vanidad sobre la tierra, porque hay justos a quienes sucede lo que merece la conducta de los injustos, y hay injustos a quienes sucede lo que merece la conducta de los justos. Digo que también esto es vanidad.


No lloréis al que está muerto, no hagáis duelo por él; llorad amargamente por el que parte, porque no volverá más, no verá más la tierra en que nació.


Pues esto dice el Señor respecto de Salún, hijo de Josías, rey de Judá, que ha sucedido a Josías, su padre, y que ha salido de este lugar: No volverá más,


sino que morirá en el lugar adonde ha sido deportado, y no volverá a ver esta tierra.


Sobre Egipto. Contra el ejército del faraón Necó, rey de Egipto, que se encontraba junto al río Éufrates, en Cárquemis, y a quien derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá.


Ni el más veloz podrá escapar, ni el más valiente se salvará. Al norte, a orillas del Éufrates, se precipitan y caen.


Y tú entona una elegía sobre los príncipes de Israel


En aquel día será tan grande el llanto sobre Jerusalén como el llanto de Hadad-Rimón en la llanura de Meguido.


¡Qué profundidad de riqueza, de sabiduría y de ciencia la de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!


Manasés tenía en los territorios de Isacar y de Aser los siguientes enclaves: Betsán, Yiblán, Dor, Endor, Tanac y Meguido, con sus correspondientes aldeas.


Y los reunieron en el lugar llamado en hebreo 'Harmagedón'.


Manasés no pudo echar a los habitantes de Betsán, de Tanac, de Dor, de Yibleán y de Meguido, con sus respectivas ciudades dependientes; los cananeos siguieron viviendo en ellas.


Vinieron los reyes, lucharon; entonces los reyes de Canaán combatieron en Tanac, junto a las aguas de Meguido, pero no obtuvieron un botín de plata.


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