Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





2 Reyes 17:25 - Biblia Martin Nieto

25 Como al empezar a residir allí no temían al Señor, el Señor les envió leones, que hacían estragos entre ellos.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

25 pero ya que estos colonos extranjeros no adoraban al Señor cuando recién llegaron, el Señor envió leones, que mataron a algunos de ellos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Cuando estaban recién instalados en ese lugar, esa gente no honraba a Yavé, por eso Yavé les mandó unos leones que hicieron con ellos una carnicería.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero como no temían a YHVH, sucedió que cuando empezaron a habitar allí, YHVH envió leones contra ellos, y mataron a muchos de ellos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Al principio de su estancia allí no temían a Yahveh, por lo que Yahveh envió contra ellos leones que los devoraban.

Féach an chaibidil Cóip




2 Reyes 17:25
18 Tagairtí Cros  

Éste se fue; un león le salió por el camino y lo mató, quedando su cadáver tendido en el camino. El asno y el león se quedaron junto al cadáver.


le dijo: 'Por no haber obedecido a la voz del Señor, cuando te separes de mí, te matará un león'. Y apenas se separó de su lado, un león lo encontró y lo mató.


Entonces dijeron al rey de Asiria: 'Las gentes que trajiste e instalaste en las ciudades de Samaría no conocen el culto del Dios del país, el cual les ha mandado leones que hacen estragos entre ellos por no conocer el culto del Dios del país'.


Vino uno de los sacerdotes que había sido deportado de Samaría, se estableció en Betel y les enseñaba cómo debían dar culto al Señor.


Daban también culto al Señor. Nombraron sacerdotes de entre ellos mismos para que oficiaran el culto en los santuarios de las colinas.


Todavía hoy siguen sus antiguas costumbres. No veneran al Señor, no obran conforme a sus estatutos y decretos, conforme a la ley y al mandato que prescribió a los hijos de Jacob, a quien puso por nombre Israel.


Y así aquellas gentes dieron al mismo tiempo culto al Señor y a sus ídolos. Y sus descendientes siguen haciendo hasta el día de hoy lo mismo que ellos.


Él se dio media vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron del bosque dos osas y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos muchachos.


Porque están llenas de sangre las aguas de Dimón, y aún más añadiré a Dimón: un león sobre los escapados de Moab y sobre los que queden en el país.


¿Quién no te temerá, rey de las naciones? Sí, a ti se te debe el temor, porque entre todos los sabios de las naciones, en todos sus reinos, no hay nadie como tú.


Y aún suscitaré contra ellos cuatro azotes -dice el Señor-: Espada para matarlos, perros para arrastrarlos, aves del cielo y bestias de la tierra para devorarlos y exterminarlos.


Por eso el león de la selva los asalta, el lobo del desierto los destroza, el leopardo está al acecho ante sus ciudades; todo el que sale fuera es despedazado; porque son muchos sus delitos, abundantes sus rebeldías.


Y si yo hiciese venir contra este país animales dañinos que lo asolaran y redujeran a un desierto que nadie se atreviera a cruzar por miedo a las fieras,


Esto dice el Señor Dios: 'Cuando yo mande contra Jerusalén estos cuatro azotes: espada, hambre, animales feroces y peste para exterminar de ella hombres y animales,


El rey Darío escribió entonces a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: 'Vuestra paz sea muy grande.


enviaré contra vosotros fieras salvajes, que devorarán a vuestros hijos, destrozarán vuestros ganados y os diezmarán hasta el punto de quedar desiertos vuestros caminos.


Él respondió: 'Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra'.


El Señor puso como frontera el Jordán entre nosotros y vosotros, los de Rubén y los de Gad. ¡Vosotros no tenéis parte en el Señor! Y así vuestros hijos harían que nuestros hijos no respetaran al Señor.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí