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2 Crónicas 14:11 - Biblia Martin Nieto

11 El Señor derrotó a los etíopes ante Asá y Judá. Los etíopes huyeron,

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque solo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé derrotó a los etíopes ante Asá y los hombres de Judá; y los etíopes se pusieron en fuga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y Asa invocó a YHVH su Dios, y dijo: ¡Oh YHVH, no hay otro como Tú para ayudar, tanto al poderoso como al que no tiene fuerza! ¡Ayúdanos, oh YHVH Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre hemos venido contra esta multitud! Oh YHVH, Tú eres nuestro Dios, ¡no prevalezca contra ti ningún mortal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh derrotó a los etíopes ante Asá y ante Judá, y los etíopes emprendieron la huida.

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2 Crónicas 14:11
59 Tagairtí Cros  

Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú les hayas señalado, si rezan al Señor vueltos hacia la ciudad que tú has elegido y hacia el templo que yo he construido a tu nombre,


Dios vino en su ayuda contra aquéllos, y los agareos y todos sus aliados cayeron en sus manos, pues en medio del combate invocaron el nombre de Dios, que escuchó su clamor por haber puesto en él su confianza.


Traemos con nosotros a Dios a la cabeza; darán con las trompetas el toque de guerra contra vosotros. ¡Israelitas, no luchéis contra el Señor, el Dios de vuestros padres, pues no os saldrá bien!'.


Los de Judá miraron hacia atrás y se percataron de que los atacaban de frente y por la espalda. Clamaron al Señor, y los sacerdotes tocaron sus trompetas.


Los de Judá lanzaron el grito de guerra; y mientras éste se prolongaba, Dios derrotó a Jeroboán y a Israel ante Abías y Judá.


Los de Israel quedaron humillados, mientras que los de Judá cobraron nuevas fuerzas, porque se habían apoyado en el Señor, Dios de sus padres.


Asá invocó al Señor, su Dios: 'Señor, solamente tú puedes acudir en auxilio del débil frente al poderoso. Ven en nuestro auxilio, Señor, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre venimos a enfrentarnos con esta horda. Señor, tú eres nuestro Dios; no permitas que el hombre prevalezca contra ti'.


Fue entonces cuando el profeta Jananí se presentó a Asá, rey de Judá, y le dijo: 'Por haberte apoyado sobre el rey de Siria y no sobre el Señor, tu Dios, por eso se te escapará de las manos la fuerza del rey de Siria.


Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, se dijeron: 'Este es el rey de Israel'. Fueron contra él y lo atacaron. Josafat entonces lanzó un grito, y el Señor le ayudó y los apartó de él.


Dios nuestro, júzgalos tú, pues nosotros nos sentimos impotentes frente a esta horda ingente que nos asalta. No sabemos qué hacer; nuestros ojos se vuelven a ti'.


Siguió el camino de Asá, su padre, sin extraviarse, e hizo lo que es justo a los ojos del Señor.


Si van contigo, aunque tú des en el combate pruebas de fuerza, Dios te hará caer ante tus enemigos, porque en Dios está el poder de sostener y derribar'.


Dios lo asistió contra los filisteos, contra los árabes, contra los habitantes de Gur Baal y contra los meunitas.


El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al cielo.


Con él no hay más que brazos de carne; con nosotros está el Señor, nuestro Dios, pronto a socorrernos y combatir nuestros combates'. El pueblo cobró ánimo con las palabras de Ezequías, rey de Judá.


los lazos del abismo me liaban, se tendían ante mí las trampas de la muerte.


que te conceda todo lo que quieras y realice todos tus proyectos.


Ahora ya lo sé: el Señor da la victoria a su mesías, lo escucha desde los santos cielos por las proezas victoriosas de su diestra.


Unos confían en los carros, otros en los caballos, nosotros en el nombre del Señor, nuestro Dios;


En ti esperaron nuestros padres, esperaron en ti y tú los liberaste,


a ti clamaron y quedaron libres, esperaron en ti y no fueron defraudados.


Los que miran hacia él quedan radiantes y su rostro no se sonroja más.


Confía al Señor toda tu vida y fíate de él, que él sabrá lo que hace:


invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.


Que no por siempre estará el pobre en el olvido, no se pierde por siempre la esperanza del mísero.


si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;


Cuando el Faraón estaba cerca, los israelitas alzaron los ojos y vieron que los egipcios seguían tras ellos. Llenos de terror clamaron al Señor


El nombre del Señor es torre fuerte, en ella se refugia el justo y está seguro.


Sucederá aquel día que el resto de Israel y los supervivientes de la casa de Jacob dejarán de apoyarse en quien los hiere, y se apoyarán con lealtad en el Señor, el Santo de Israel.


Dejad de confiar en el hombre, pues sólo un soplo hay en su nariz. ¿Cuánta estima merece?


Señor, Dios nuestro, otros señores nos han subyugado; pero nosotros sólo te reconocemos a ti e invocamos tu nombre.


Lucharán contra ti, pero no podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte, dice el Señor'.


Cinco de los vuestros perseguirán a ciento, ciento pondrán en fuga a diez mil y vuestros enemigos caerán a espada ante vosotros.


Él trae la ruina sobre el hombre fuerte y hace venir la destrucción sobre la fortaleza.


y le dijo: Corre y di a este joven: Jerusalén será una ciudad abierta a causa de la cantidad de hombres y animales que habrá en ella.


Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.


'No estéis angustiados. Confiad en Dios, confiad también en mí.


'La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, os la doy yo. No estéis angustiados ni tengáis miedo.


Pero el que invoque el nombre del Señor se salvará.


Como éste, que veis y que conocéis, ha tenido fe en él, ha quedado fortalecido; la fe en Jesús lo ha curado completamente, como todos veis.


cayó a tierra y oyó una voz que le decía: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?'.


¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?


pero pensé en la arrogancia / de los enemigos, / en la falsa interpretación / que ellos harían: / Ha sido nuestra mano poderosa, / y no el Señor, / la que hizo todo esto.


¿Cómo puede uno solo perseguir a mil / y dos poner en fuga a diez mil, / sino porque su roca los ha vendido / y el Señor los ha entregado?


El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.


El Señor dijo a Gedeón: 'Con los trescientos hombres que han lamido el agua os libraré y pondré a los madianitas en tus manos. Que todos los demás se vayan cada uno a su casa'.


Jonatán dijo a su escudero: 'Vamos, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos. Quién sabe lo que el Señor hará por nosotros, porque nada impide al Señor dar la victoria con muchos o pocos'.


y todos reconocerán que no es por la espada ni por la lanza como el Señor da la victoria, porque la batalla es de Dios y os entregará en nuestras manos'.


Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los malvados perecerán en las tinieblas, pues no es por la fuerza como vence el hombre.


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