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1 Samuel 25:28 - Biblia Martin Nieto

28 Te suplico que perdones la falta de tu sierva, pues el Señor hará ciertamente a mi señor una casa estable, porque mi señor combate las batallas del Señor y en los días de tu vida no se encontrará el mal en ti.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

28 Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Le ruego que me perdone si lo he ofendido en alguna manera. El Señor seguramente lo recompensará con una dinastía duradera, porque usted pelea las batallas del Señor y no ha hecho mal en toda su vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Perdona, por favor, la falta de tu sierva. En verdad Yavé hará inconmovible la casa de mi señor porque tú eres el combatiente de las guerras de Yavé y nunca se te ha sorprendido en una falta durante toda tu vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Te ruego que perdones la transgresión de tu sierva, por cuanto YHVH hará ciertamente a mi señor una casa segura, porque mi señor pelea las batallas de YHVH, y la iniquidad no se hallará en ti en todos° tus días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Perdona, te suplico, la falta de tu sierva, porque Yahveh hará una casa estable a mi señor, puesto que mi señor combate las guerras de Yahveh, y el mal no te alcanzará en tus días.

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1 Samuel 25:28
31 Tagairtí Cros  

Ya antes, cuando todavía reinaba Saúl, eras tú el que mandaba el ejército de Israel. El Señor te había dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, serás el jefe de mi pueblo Israel'.


en el tiempo en que yo constituí a los jueces sobre mi pueblo Israel; yo le daré paz librándolo de todos sus enemigos. Te hago saber, además, que te daré una dinastía;


Tu casa y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará para siempre'.


ya que tú, Señor todopoderoso, Dios de Israel, has prometido a tu siervo que le edificarás una casa; por eso se ha atrevido a dirigirte esta súplica.


Cometió todos los pecados que su padre antes de él había cometido, y su corazón no fue sumiso al Señor, como el corazón de su padre David.


pues David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor y no se había apartado durante toda su vida en nada de todo lo que el Señor le había mandado, excepto el caso de Urías, el hitita.


yo consolidaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, como se lo prometí a tu padre David, cuando dije: No te faltará un varón sobre el trono de Israel.


en el tiempo en que yo constituí a los jueces sobre mi pueblo Israel. Humillaré a todos tus enemigos y a ti te engrandeceré. Te hago saber, además, que te daré una dinastía,


pues tú mismo, Dios mío, has prometido a tu siervo que le edificarás una casa; por eso se ha atrevido a dirigirte esta súplica.


dijo: 'Atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat. Esto os dice el Señor: No temáis ni os asustéis ante esta ingente multitud, porque la batalla no es cosa vuestra, sino de Dios.


no sea que, como leones, me desgarren, me despedacen sin que haya quien me libre.


Yo le seré leal eternamente, firme será con él mi pacto;


No veo iniquidad en Jacob, ni crimen alguno en Israel; el Señor, su Dios, está con él, y en él resuena la aclamación real.


Brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos'.


Nosotros estamos aquí en justicia, porque recibimos lo que merecen nuestras fechorías; pero éste no ha hecho nada malo'.


El oficial, al ver lo que había ocurrido, daba gloria a Dios, diciendo: 'Verdaderamente este hombre era justo'.


Samuel le dijo: 'El Señor arranca hoy de ti tu reinado sobre Israel y se lo dará a un vecino tuyo, que es mejor que tú.


y todos reconocerán que no es por la espada ni por la lanza como el Señor da la victoria, porque la batalla es de Dios y os entregará en nuestras manos'.


Saúl dijo a David: 'Te voy a dar por mujer a mi hija mayor, Merab, a condición de que seas un valiente guerrero y combatas las batallas del Señor'. Saúl se decía: 'Que no caiga mi mano sobre él, sino la de los filisteos'.


Yo me nombraré un sacerdote fiel, que hará lo que yo quiero y deseo; le edificaré una casa estable y caminará siempre en presencia de mi ungido.


Ajimélec respondió al rey: '¿Quién entre todos tus siervos es semejante a David: fiel, yerno del rey, jefe de tu guardia y honrado en tu casa?


Hoy mismo has visto con tus propios ojos cómo el Señor te puso en mis manos en la cueva, y no he querido matarte. Te he perdonado, diciéndome: No pondré mi mano sobre mi señor, porque es el ungido del Señor.


Cuando David terminó de hablar así, Saúl le dijo: '¿Es ésta tu voz, hijo mío, David?'. Y comenzó a llorar con grandes gritos.


Ahora sé ciertamente que reinarás sobre Israel y que la realeza de Israel será estable en tus manos.


Llegó a los rediles de las ovejas que hay junto al camino; allí hay una cueva, y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. David y sus hombres estaban escondidos en el fondo de la cueva.


Se echó a sus pies y dijo: 'Que la culpa recaiga sobre mí, señor. Deja hablar a tu sierva y escucha mis palabras.


Los jefes de los filisteos preguntaron: '¿Por qué vienen estos hebreos?'. Aquís les respondió: 'Éste es David, servidor de Saúl, rey de Israel, que ha estado conmigo unos dos años, y no he encontrado nada que reprocharle desde el día en que vino a mí hasta hoy'.


Cuando David volvió a Sicelag, envió parte del botín a los ancianos de Judá según sus ciudades, diciendo: 'Os mando un presente del botín de los enemigos del Señor'.


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