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Isaías 63:9 - La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y fue afligido con todas sus aflicciones. El Ángel de su presencia los salvó, En su amor y en su ternura, Él mismo los redimió, Y cargó con ellos, y los llevó todos los días, desde la antigüedad.

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Biblia Reina Valera 1960

9 En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Cuando ellos sufrían, él también sufrió, y él personalmente los rescató. En su amor y su misericordia los redimió; los levantó y los tomó en brazos a lo largo de los años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 en todas sus pruebas. No era un delegado ni un ángel, sino él mismo, quien los salvaba. Lleno de amor y de piedad, él mismo los rescataba; se encargó de ellos y los guió durante todo el tiempo pasado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 En toda su angustia Él fue angustiado, y los salvó el Ángel de su presencia; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los llevó todos los días de antaño.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

9 No fue un enviado suyo el que los salvó, sino Dios en persona. Él los libró por su amor y su misericordia; los levantó en sus brazos, como siempre lo había hecho.

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Isaías 63:9
45 Tagairtí Cros  

El ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Sea perpetuado en ellos mi nombre, Y el nombre de mis padres Abraham Isaac, Y aumenten hasta ser una multitud en medio de la tierra.


¡’El-Shadday! ¡No lo podemos escudriñar! Sublime en poder, rico en justicia, Que no menoscaba el derecho.


¡Oh ’Elohim, redime a Israel de todas sus angustias!


Pero Él, misericordioso, Hacía expiación por la maldad, y no los destruía. Muchas veces contuvo su ira, Y no despertó todo su enojo.


Entonces el ángel de Dios, que marchaba delante del campamento de Israel, se puso detrás de ellos, y la columna de nube se movió de delante de ellos y se colocó en su retaguardia,


En tu misericordia condujiste Al pueblo° que redimiste, Lo has guiado con tu fortaleza, Hacia la morada de tu santidad.


Vosotros mismos visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os levanté sobre alas de águilas y os he traído a mí.


Y Él dijo: ¿Mi presencia habrá de ir contigo y darte reposo?


Y le dijo: Si tu presencia no ha de ir, no nos hagas subir de aquí.


Y ahora Jacob, así dice YHVH, el que te creó, El que te formó, oh Israel: No temas, porque Yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.


Porque eres precioso a mis ojos, fuiste exaltado, Porque Yo te amo, daré hombres por ti, Y naciones por tu vida.


¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! ¡Anunciad con voz de júbilo, y proclamadlo, Publicadlo hasta los confines de la tierra! Decid: ¡YHVH ha redimido a su siervo Jacob!


¿No eres Tú el que secó el mar, y las aguas del gran abismo? ¿El que convirtió en camino las honduras del mar, para que pasaran los redimidos?


Prorrumpid en júbilo, cantad a coro, ¡oh ruinas de Jerusalem! Porque YHVH ha consolado a su pueblo, Ha redimido a Jerusalem.


Mi Dios ha enviado a su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran daño, porque ante Él fui hallado inocente, como también lo fui ante ti, oh rey, pues no te he causado perjuicio alguno.


Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré por YHVH, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni con jinetes.°


Entonces YHVH, lleno de celo por su tierra, Tuvo misericordia de su pueblo,


Porque así dice YHVH Sebaot: Para gloria suya me enviará Él a las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de mi° ojo.


He aquí, Yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. Y vendrá súbitamente a su Casa el Señor a quien vosotros buscáis; el ángel° del pacto, a quien vosotros deseáis: He aquí viene, dice YHVH Sebaot.


Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo, en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis.


Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo: En cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco me lo hicisteis a mí.


Y cuando la halla,° regocijándose, la pone sobre sus hombros,


Y Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo de verdad que el Señor envió su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes, y de toda la expectación del pueblo de los judíos.


Éste° es el que estuvo° con la iglesia° en el desierto, con el ángel que le hablaba en el monte Sinay,° y con nuestros padres, quien recibió oráculos vivientes para dárnoslos;


y cayendo en la tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?


Ni tentemos al Mesías,° como algunos de ellos lo tentaron, y eran destruidos por las serpientes.°


y también en el desierto,° donde habéis visto cómo YHVH tu Dios te llevó° como un hombre lleva a su propio hijo, en todo el camino que anduvisteis hasta vuestra llegada a este lugar.


Y porque amó a tus padres y escogió a su descendencia después de ellos, Dios te sacó de Egipto personalmente mediante su gran poder,


quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad° y purificar para sí un pueblo de su propia posesión,° celoso de buenas obras.


Pues por lo mismo que Él ha padecido siendo tentado, puede socorrer a los que son tentados.


Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que ha sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero° sin pecado.


y de Jesús el Mesías, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.° Al que nos ama y nos libertó° de nuestros pecados con su sangre,


Y cantan un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre° redimiste para Dios, De toda tribu y lengua y pueblo y nación;


Y apartaron los dioses extraños de en medio de sí y sirvieron a YHVH, cuyo sentir se impacientó por la desdicha de Israel.


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