Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Sofonías 3:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 sus profetas, unos fanfarrones, hombres desleales; sus sacerdotes profanaban lo sacro, violentaban la ley.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Sus profetas son mentirosos y arrogantes, en busca de su propia ganancia. Sus sacerdotes profanan el templo al desobedecer las instrucciones de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Sus profetas son insolentes, hombres desleales; sus sacerdotes han profanado el santuario y han violentado la Ley.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Sus profetas son vanidosos, impostores; sus sacerdotes profanan lo santo, quebrantan la ley.

Féach an chaibidil Cóip




Sofonías 3:4
33 Tagairtí Cros  

Los que guían a ese pueblo lo extravían, los que se dejan guiar son aniquilados.


aquí estoy contra los profetas -oráculo del Señor- que cuentan sus sueños falsos y extravían a mi pueblo con sus embustes y jactancias. No los mandé, no los envié, no aprovecharán a este pueblo -oráculo del Señor- .


A los dignatarios de Judá y Jerusalén, a los eunucos y sacerdotes, a todo el pueblo que pasó entre las mitades del novillo,


los profetas profetizan embustes, los sacerdotes dominan por la fuerza, y mi pueblo tan contento. ¿Qué harán en el desenlace?


Por eso entregaré sus mujeres a extraños y sus campos a los conquistadores; porque del primero al último sólo buscan medrar', profetas y sacerdotes se dedican al fraude.


Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte, sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.


Sus sacerdotes violaban mi ley y profanaban mis cosas santas; no separaban lo sacro y lo profano ni declaraban lo que es puro o es impuro. Ante mis sábados cerraban los ojos, y así fui profanado en medio de ellos.


Mira, los príncipes de Israel derraman en ti sangre a porfía.


Declararán a mi pueblo lo que es sagrado y lo que es profano y dictaminarán lo que es puro o impuro.


Llega la hora de la cuenta, llega la hora de la paga -que se entere Israel- por tu gran culpa, por tu gran subversión. El profeta es un loco, el hombre inspirado desvaría;


Si viniera un profeta soltando embustes: 'Te invito a vino y licor', sería un profeta digno de este pueblo.


Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes predican a sueldo, sus profetas adivinan por dinero; y encima se apoyan en el Señor diciendo: ¿No está el Señor en medio de nosotros? No nos sucederá nada malo.


'Honre el hijo a su padre, el esclavo a su amo'. Pues si yo soy padre, ¿dónde queda mi honor?; si yo soy dueño, ¿dónde queda mi respeto? El Señor de los ejércitos les habla a ustedes: '¡Sacerdotes que menosprecian mi nombre!'. Objetan: '¿En qué despreciamos tu nombre?'.


Labios sacerdotales han de guardar el saber y en su boca se busca la doctrina, porque es mensajero del Señor de los ejércitos.


Pero ustedes se apartaron del camino, hicieron tropezar a muchos con su instrucción, invalidaron la alianza con Leví -dice el Señor de los ejércitos-.


Cuidado con los profetas falsos, esos que se les acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos feroces.


Esos tales son apóstoles falsos, obreros tramposos, disfrazados de apóstoles del Mesías;


Amigos míos, no den fe a toda inspiración'; sométanlas a prueba para ver si vienen de Dios, pues ya han salido en el mundo muchos falsos profetas.


Capturaron a la fiera y con ella al falso profeta que efectuaba señales a su vista, extraviando con ellas a los que llevaban la marca de la fiera y veneraban su estatua. A los dos los echaron vivos en el lago de azufre ardiendo.


Le dieron setecientos gramos de plata del templo de Baal del Pacto, y con ese dinero Abimelec asalarió a unos cuantos desocupados y aventureros que se pusieron a sus órdenes.


Eli era muy viejo. A veces oía cómo trataban sus hijos a todos los israelitas y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda del encuentro.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí