Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Salmos 102:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 no me escondas tu rostro en la desgracia; préstame oído cuando te invoco, escúchame pronto.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 No te alejes de mí en el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 No me escondas tu cara en el día de mi desgracia, vuelve tus oídos hacia mí el día que te invoco, apresúrate en responderme.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia! ¡Inclina a mí tu oído! ¡Respóndeme pronto el día en que te invoco!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Señor, escucha mi plegaria, que a ti llegue mi clamor.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 102:2
21 Tagairtí Cros  

Porque esté quieto, ¿podrá alguien condenarlo? Y si esconde su rostro, ¿quién podrá verlo? Vela sobre pueblos y hombres


¿Por qué no me perdonas mi delito y no alejas mi culpa? Muy pronto me acostaré en el polvo, me buscarás y ya no existiré.


escondes tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo;


de esos malvados que merodean como sabandijas en torno a los hombres'.


Respóndeme en seguida, Señor, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.


Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño;


Pues tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a auxiliarme;


y yo busco tu rostro, Señor; no me escondas tu rostro; no rechaces con ira a tu siervo, tú que eres mi auxilio, no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.


préstame oído, ven aprisa a librarme, sé mi roca de refugio, alcázar que me salve;


Dios mío, dígnate librarme; Señor, date prisa en socorrerme;


no escondas tu rostro a tu siervo: estoy en peligro, respóndeme en seguida.


Dios mío, dígnate librarme; Señor, date prisa en socorrerme;


tú, que eres justo, líbrame y ponme a salvo,


Pasaron muchos años, murió el rey de Egipto, y los israelitas se quejaban de la esclavitud y clamaron. Los gritos de auxilio de los esclavos llegaron a Dios.


Dios escuchó sus quejas y se acordó del pacto hecho con Abrahán, Isaac y Jacob;


Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, la corriente no te anegará; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.


Antes de que me llamen yo les responderé, aún estarán hablando y los habré escuchado.


y aguardo al Señor, que oculta su rostro a la casa de Jacob, y espero en él.


Ninguna prueba les ha caído encima que salga de lo ordinario: fiel es Dios, y no permitirá él que la prueba supere sus fuerzas. No, para que sea posible resistir, con la prueba dará también la salida.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí