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Oseas 7:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Cuando cambié la suerte de mi pueblo, cuando curé a Israel, se descubría el pecado de Efraín y las maldades de Samaria: obraron de mala fe, como ladrones que se meten en las casas o bandoleros que asaltan en despoblado.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque hicieron engaño; y entra el ladrón, y el salteador despoja por fuera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Yo quiero sanar a Israel, pero sus pecados son demasiado grandes. Samaria está llena de mentirosos. ¡Hay ladrones adentro y bandidos afuera!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El pecado de Efraím y la malicia de Samaria han quedado de manifiesto, pues no actuaron con sinceridad. En la casa entra el ladrón, en los caminos asalta la pandilla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cuando Yo quería sanar a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín Y las maldades° de Samaria. Porque obran con engaño: El ladrón se mete por dentro, y la pandilla despoja por afuera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 cuando yo quería curar a Israel, se reveló la iniquidad de Efraín y la maldad de Samaría: pues cometen fraudes, el ladrón entra en la casa y en la calle saquean los bandidos.

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Oseas 7:1
30 Tagairtí Cros  

¡Ay de la corona fastuosa de los ebrios de Efraín y de la flor caduca, joya de su atavío, que está en la cabeza de los hartos de vino!


Porque nuestros crímenes contra ti son muchos, y nuestros pecados nos acusan; tenemos presentes nuestros crímenes y reconocemos nuestras culpas:


rebelarnos y negar al Señor, volver la espalda a nuestro Dios, tratar de opresión y revuelta, urdir por dentro engaños;


y así se tergiversa el derecho y la justicia se queda lejos, porque en la plaza tropieza la lealtad, y la sinceridad no encuentra acceso;


hemos tratado a Babilonia y no se cura, déjenla, vamos cada uno a nuestra tierra; su condena llega al cielo, alcanza a las nubes;


Tu hermana la mayor es Samaria con sus villas, situada a tu izquierda; tu hermana la pequeña, situada a tu derecha, es Sodoma con sus villas.


Ohlá se llamaba la mayor y Ohlibá su hermana. Después fueron mías y dieron a luz hijos e hijas.


Por tu infame inmundicia, porque intenté limpiarte y no quedaste limpia de tu inmundicia, no volverás a ser limpiada hasta que desfogue en ti mi cólera.


Los vecinos de Samaria tiemblan por el novillo de Betavén, el pueblo y los sacerdotes hacen duelo a su Dios, se revuelcan porque su gloria ha marchado al destierro:


Efraín me rodea de mentiras, y de engaños la casa de Israel (Judá es el rebaño, el pueblo del Señor se mantiene fiel al Santo).


¿Cómo podré dejarte, Efraín; entregarte a ti, Israel? ¿Cómo dejarte como a Admá; tratarte como a Seboín? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas.


Efraín se apacienta de viento, va detrás del solano todo el día, hace acopio de embustes funestos. Hace alianza con Asiría, envía aceite a Egipto.


El Señor entabla pleito con Israel para tomar cuenta a Jacob de su conducta, para darle la paga de sus acciones.


Efraín se ha aliado con los ídolos,


sino juramento y mentira, asesinato y robo, adulterio y libertinaje, homicidio tras homicidio.


Escúchenlo, sacerdotes; atiendan, israelitas; casa real, oigan: Es contra ustedes la sentencia. Porque fueron trampa en Atalaya,


¿Qué haré de ti, Efraín: qué haré de ti, Judá? La lealtad de ustedes es nube mañanera, rocío que se evapora al alba.


¡Ay de ellos!, que se me escaparon; ¡desgraciados!, por rebelarse contra mí. Yo los redimiría, pero ellos me calumnian,


Hiede tu novillo, Samaria, ardo de ira contra él. ¿Cuándo lograrán ustedes la inocencia?


Pues han marchado a Asiria como burro cimarrón. Efraín contrata su amor;


No sabían obrar rectamente -oráculo del Señor- , atesoraban violencias y crímenes en sus palacios.


Pregonen en los palacios de Asdod, digan en los palacios de Egipto: Reúnanse junto a los montes de Samaria, contemplen el tráfago en medio de ella, las opresiones en su recinto.


Los que juran: 'Por Asima de Samaria, por la vida de tu Dios, Dan, por la vida del señor' de Berseba', caerán para no levantarse.


Se observan los decretos de Ómrí y las prácticas de Ajab; siguen ustedes sus consejos; así que los devastaré, entregaré la población al oprobio y tendrán que soportar la afrenta de mi pueblo.


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no han querido!


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina a sus pollitos bajo las alas, pero no han querido!


¡Si también tú comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes ojos para verlo.


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