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Miqueas 4:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Al final de los tiempos estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En los últimos días, el monte de la casa del Señor será el más alto de todos, el lugar más importante de la tierra. Se levantará por encima de las demás colinas y gente del mundo entero acudirá allí para adorar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En el futuro, el cerro de la Casa de Yavé será puesto sobre los altos montes y dominará los lugares más elevados. Irán a verlo todas las naciones

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero en los postreros tiempos, el Monte de la Casa de YHVH Será establecido como cabeza de los montes, Y exaltado sobre todos los collados, y a él correrán los pueblos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Sucederá al final de los tiempos que el monte del templo de Yahveh estará asentado en la cumbre de los montes y se elevará sobre las colinas. Afluirán a él pueblos,

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Miqueas 4:1
53 Tagairtí Cros  

Jacob llamó a sus hijos y les dijo: Reúnanse, que les voy a contar lo que les va a suceder en el futuro.


No se apartará de Judá el cetro ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que le traigan tributo y le rindan homenaje los pueblos.


'Tu familia es de nobles; el día de tu nacimiento', en el atrio sagrado, te di a luz, como a rocío del seno de la aurora'.


Lo recordarán y volverán al Señor desde los confines del orbe, en su presencia se postrarán las familias de los pueblos.


Grande es el Señor, y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.


Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, y a honrar tu nombre:


Aquel día sonará la gran trompeta, y vendrán los dispersos de Asiría, los desterrados de Egipto, para postrarse ante el Señor en el monte santo de Jerusalén.


Diré al Norte: Entrégalo; al Sur: No lo retengas; tráeme a mis hijos de lejos y a mis hijas del confín de la tierra;


Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.


Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas;


los traeré a mi Monte Santo, los alegraré en mi casa de oración; aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y a mi casa la llamarán todos los pueblos Casa de Oración.


El Señor es mi fuerza y fortaleza, mi refugio en el peligro. A ti vendrán los paganos, de los extremos del orbe, diciendo: Qué engañoso es el legado de nuestros padres, qué vaciedad sin provecho.


Miqueas de Moraste profetizó durante el reinado de Ezequías, rey de Judá, y dijo a los judíos: Así dice el Señor de los ejércitos: 'Sión será un campo arado, Jerusalén será una ruina, el monte del templo un cerro de breñas'


En aquel tiempo llamarán a Jerusalén 'Trono del Señor', acudirán a ella todos los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.


y vendrán entre aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor: trigo y vino y aceite, y rebaños de vacas y ovejas; serán como huerto regado, no volverán a desfallecer,


Al cabo de los años cambiaré la suerte de Moab -oráculo del Señor- . Fin de la sentencia de Moab.


y atacarás a mi pueblo, Israel, lo mismo que un nublado, hasta cubrir el país. Al cabo de los años te traeré contra mi país, para que, al ver mi santidad actuando sobre ti, Gog, me reconozcan las naciones.


y el Señor me llevó en éxtasis a la tierra de Israel, dejándome en un monte muy alto, en cuya cima se erguía una mole con traza de ciudadela.


Ley del templo. El área entera de la cima del monte es lugar sacrosanto. Esta es la ley del templo.


Pero ahora he venido a explicarte lo que ha de suceder a tu pueblo en los últimos días. Porque la visión va para largo.


pero hay un Dios en el cielo que revela los secretos y que ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que sucederá al final de los tiempos.


En tu visión una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos.


Durante ese reinado el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre;


Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.


Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.


Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.


El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.


(Después volverán a buscar los israelitas al Señor, su Dios, y a David, su rey, temblando acudirán al Señor y su riqueza, en un tiempo futuro).


Pues por culpa de ustedes Sión será un campo arado, Jerusalén será una ruina, el monte del templo un cerro de breñas.


Todo el país se allanará: desde La Loma hasta Granado del Sur. Jerusalén estará en alto y habitada, desde la Puerta de Benjamín hasta la Puerta Vieja y hasta la Puerta del Ángulo, desde la Torre de Jananel hasta el Lagar del Rey.


Aquel día se incorporarán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío; habitaré en medio de ti, y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti.


Así dice el Señor de los ejércitos: Volveré a Sión, habitaré en medio de Jerusalén: Jerusalén se llamará Villafiel; el monte del Señor de los ejércitos, Montesanto.


De levante a poniente es grande mi fama en las naciones, y en todo lugar me ofrecen sacrificios y ofrendas puras; porque mi fama es grande en las naciones -dice el Señor de los ejércitos-.


En los últimos días -dice , Dios- derramaré mi Espíritu sobre todo hombre: Profetizarán sus hijos e hijas, sus jóvenes tendrán visiones y sus ancianos soñarán sueños;


Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por un Hijo, al que nombró heredero de todo, lo mismo que por él había creado los mundos y las edades.


Sobre todo tengan presente que en los últimos días vendrán hombres que se burlarán de todo y que procederán como les dicten sus deseos.


Al tocar su trompeta el séptimo ángel se oyeron aclamaciones en el cielo: ¡El reinado sobre el mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Mesías, y reinará por los siglos de los siglos!


¿Quién no te respetará?, ¿Quién no dará gloria a tu nombre, si sólo tú eres santo? Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus justas sentencias se han promulgado.


Vi también tronos, donde se sentaron los encargados de pronunciar sentencia; vi también con vida a los decapitados por dar testimonio de Jesús y proclamar el mensaje de Dios, los que no habían rendido homenaje a la fiera ni a su estatua y no habían llevado su marca en la frente ni en la mano. Estos volvieron a la vida y fueron reyes con el Mesías mil años.


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