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Mateo 28:9 - Nueva Biblia Española (1975)

9 De pronto Jesús 'es salió al encuentro y las saludó diciendo: ¡Alégrense! Ellas se acercaron y se postraron, abrazándole los pies.

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Biblia Reina Valera 1960

9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 En eso Jesús les salió al encuentro en el camino y les dijo: 'Paz a ustedes. Las mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y° he aquí Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas se acercaron y se postraron ante Él y abrazaron sus pies.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Y de pronto, Jesús les salió al encuentro y las saludó: '¡Salve!'. Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron.

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Mateo 28:9
18 Tagairtí Cros  

Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y tiene presentes tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos.


Los de la barca se postraron ante él diciendo: Realmente eres Hijo de Dios.


que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame 'señor mío'.


Entonces Jesús les dijo: No tengan miedo; vayan a avisarles a mis hermanos que caminen a Galilea; allí me verán.


Al verlo se postraron ante él los mismos que habían dudado.


Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos.


El ángel, entrando a donde estaba ella, le dijo: Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.


Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén llenos de alegría.


se colocó detrás de él junto a sus pies, llorando, y empezó a regarle los pies con sus lágrimas; se los secaba con el pelo, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.


Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo auténtico, de mucho precio, le ungió los pies a Jesús y, además, le secó los pies con el pelo. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.


Por la tarde, aquel día primero de la semana, estando atrancadas las puertas del lugar donde estaban los discípulos, por miedo a los dirigentes judíos, llegó Jesús, se puso en el centro y les dijo: Paz con ustedes.


Reaccionó Tomás diciendo: ¡Señor mío y Dios mío!


Y nada más, hermanos: estén alegres, recóbrense, tengan ánimos y anden de acuerdo; vivan en paz, y el Dios del amor y la paz estará con ustedes.


Haré que algunos de la sinagoga de Satanás, de esos que dicen ser judíos (pero es mentira, no lo son), vayan a postrarse ante ti y se den cuenta de que te quiero.


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