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Mateo 26:65 - Nueva Biblia Española (1975)

65 El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras diciendo: Ha blasfemado, ¿qué falta nos hacen más testigos? Acaban de oír la blasfemia,

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Biblia Reina Valera 1960

65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo: «¡Blasfemia! ¿Para qué necesitamos más testigos? Todos han oído la blasfemia que dijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas, diciendo: '¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? Ustedes mismos acaban de oír estas palabras blasfemas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? ¡Ahora mismo habéis oído la blasfemia!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó: '¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ahora mismo acabáis de oír la blasfemia.

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Mateo 26:65
12 Tagairtí Cros  

Eliacín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobná, el secretario, y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, se presentaron al rey con las vestiduras rasgadas, y le comunicaron las palabras del copero mayor.


Pero ni el rey ni sus ministros se asustaron al oír las palabras del libro ni rasgaron sus vestiduras.


jorobado, enclenque, con cataratas, con sarna o tina, con testículos lesionados. Nadie con alguno de estos defectos puede ofrecer la comida de su Dios.


Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, dos de los exploradores, se rasgaron los vestidos


Entonces algunos letrados se dijeron: Este blasfema.


Los letrados y los fariseos se pusieron a pensar: ¿Quién es éste que dice tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?


Le contestaron los dirigentes: No te apedreamos por ninguna obra excelente, sino por blasfemia; porque tú, siendo un hombre, te estás haciendo Dios.


de mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfemo porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios'?


Al enterarse los apóstoles, Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto y sé abrieron paso por medio del gentío gritando:


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