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Mateo 21:46 - Nueva Biblia Española (1975)

46 Aunque estaban deseando echarle mano, tuvieron miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

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Biblia Reina Valera 1960

46 Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque este le tenía por profeta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 Querían arrestarlo, pero tenían miedo de las multitudes, que consideraban que Jesús era un profeta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Hubieran deseado arrestarlo, pero tuvieron miedo del pueblo, que lo consideraba como un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 Y procuraron echarle mano, pero temían a las multitudes, porque éstas lo tenían por profeta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Y aunque intentaban arrestarlo, tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.

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Mateo 21:46
15 Tagairtí Cros  

El insolente no quiere que lo reprendan, y no .se junta con los hombres sensatos.


¡Ay Ariel, Ariel, ciudad que sitió David! Añadan años a años, gire el ciclo de las fiestas,


La gente contestaba: Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.


y si decimos 'humana', nos da miedo la gente, porque todos piensan que Juan era un profeta.


Al oír sus parábolas los sumos sacerdotes y los fariseos se dieron' cuenta de que iban por ellos.


De nuevo tomó Jesús la palabra y les habló en parábolas:


Los sumos sacerdotes y los letrados se enteraron; como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su enseñanza, buscaban la manera de acabar con él.


Todos quedaron atemorizados y alababan a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.


Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí mismo: Este, si fuera profeta, sabría quién es y qué clase de mujer la que lo está tocando: una pecadora.


Intentaron entonces prenderlo, pero nadie le puso la mano encima, porque todavía no había llegado su hora.


El mundo no tiene motivo para odiarles; a mí, en cambio, me odia, porque de él yo denuncio que su modo de obrar es perverso.


Escúchenme, israelitas: Les hablo de Jesús el Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante ustedes, realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocen.


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