Mateo 15:23 - Nueva Biblia Española (1975)

²³ El no le contestó palabra. Entonces los discípulos se le acercaron a rogarle: Atiéndela, que viene detrás gritando.

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Biblia Reina Valera 1960

²³ Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²³ Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya —dijeron—. Nos está molestando con sus súplicas».

Biblia Católica (Latinoamericana)

²³ Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: 'Atiéndela, mira cómo grita detrás de nosotros.

La Biblia Textual 3a Edicion

²³ Pero Él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Despídela, que grita detrás de nosotros.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²³ Pero él no le respondió palabra. Y sus discípulos, acercándose a él, le suplicaban: 'Atiéndela; que viene gritando detrás de nosotros'.

Mateo 15:23 Tagairtí Cros

Génesis 42:7

Al ver a sus hermanos, José los reconoció; pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: ¿De dónde vienen? Contestaron: De tierra de Canaán, a comprar provisiones.

Salmos 28:1

A ti, Señor, te invoco; Roca mía, no seas sordo a mi voz; que si te callas, seré uno más de los que bajan a la fosa.

Lamentaciones 3:8

por más que grito: 'Socorro', se hace sordo a mi súplica;

Mateo 14:15

Al atardecer se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora; despide a la multitud, que vayan a los pueblitos y se compren comida.

Mateo 15:22

Y hubo una mujer cananea de aquella región que salió y se puso a gritarle: Señor, Hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija tiene un demonio muy malo.

Mateo 15:24

El les replicó: Me han enviado sólo para las ovejas perdidas de Israel.

Deuteronomio 8:2

Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones, si guardas sus preceptos o no.