Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Lucas 9:38 - Nueva Biblia Española (1975)

38 y, de pronto, entre la gente un hombre gritó: ¡Maestro, por favor, atiende a este hijo mío, que es el único que tengo!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

38 De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

38 Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo.

Féach an chaibidil Cóip




Lucas 9:38
8 Tagairtí Cros  

Respondimos a mi señor: 'Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez. Un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora'.


Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.


Y hubo una mujer cananea de aquella región que salió y se puso a gritarle: Señor, Hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija tiene un demonio muy malo.


Cuando se acercaba a la entrada del pueblo, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; un gentío considerable del pueblo la acompañaba.


'Al día siguiente, al bajar del monte, le salió al encuentro mucha gente


Mira, lo agarra un espíritu y de pronto da un grito, lo retuerce entre espumarajos, y a duras penas se va, dejándolo molido.


Al oír éste que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le pidió que bajase y curase a su hijo, que estaba para morirse.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí