Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jueces 7:22 - Nueva Biblia Española (1975)

22 mientras seguían sonando las trompetas. El Señor hizo que se acuchillaran unos a otros en el campamento y que huyeran hasta Casalacacia, en dirección a Sartán, hasta las lindes de Prado Bailen, frente a Tabat.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Cuando los trescientos israelitas tocaron los cuernos de carnero, el Señor hizo que los guerreros del campamento pelearan entre sí con sus espadas. Los que quedaron con vida huyeron a lugares tan lejanos como Bet-sita, cerca de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola, cerca de Tabat.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Mientras seguían tocando el cuerno, Yavé hizo que en el campamento cada uno dirigiera su espada contra su hermano. Huyeron todos hasta Bet-ha-sita, para el lado de Sartán, y hasta la orilla de Abel Mejola frente a Tabat.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

22 Pues cuando hicieron resonar los trescientos shofares, YHVH hizo que la espada de cada uno se volviera° contra su compañero en todo el campamento. Y el campamento huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta el límite de Abelmehola, cerca de Tabat.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Mientras los trescientos hombres tocaban las trompetas, Yahveh hacía que, en el campamento, unos volvieran las espadas contra otros; y todos los del campamento huyeron hasta Bet Hasitá, hacia Sarerá, hasta la ribera de Abel Mejolá, frente a Tabat.

Féach an chaibidil Cóip




Jueces 7:22
18 Tagairtí Cros  

unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailen.


Baaná, hijo de Ajilud, en Taanac y Meguido, hasta más allá de Yoqneán; todo Beisán, al lado de Yezrael, desde Beisán hasta Prado Bailen, junto a Sartán.


Los amonitas y moabitas decidieron destruir y aniquilar a los de Seír, y cuando terminaron con ellos se enzarzaron a muerte unos con otros.


Trátalos como a Madián, como a Sisara, como a Yabín, junto al torrente Quisón:


Azuzaré a egipcios contra egipcios: pelearán uno con su hermano, otro con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra reino.


Porque la vara del opresor, el yugo de sus cargas, su bastón de mando los trituraste como el día de Madián.


Porque la bota que pisa con estrépito y la capa empapada en sangre serán combustible, pasto del fuego.


Daré cita contra él a la espada -oráculo del Señor- , y la espada de cada uno se volverá contra su hermano.


Con sus dardos atraviesas al capitán y sus tropas se dispersan en torbellino cuando triunfantes iban a devorar una victima a escondidas.


volcaré los tronos reales, destruiré el poder de los reinos paganos, volcaré carros y aurigas, caballos y jinetes morirán a manos de sus camaradas.


Aquel día los asaltará un pánico terrible enviado por el Señor: Cuando uno agarre la mano de un camarada, el otro volverá su mano contra él.


Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros.


el agua que venía de arriba se detuvo (creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adán, un pueblo cerca de Sartán) y el agua que bajaba al mar del desierto, al Mar Muerto, se cortó del todo. La gente pasó frente a Jericó.


A la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron las trompas y Josué ordenó a la tropa: ¡Griten, que el Señor les entrega la ciudad!


Sonaron las trompas. Al oír el toque, lanzaron todos el alarido de guerra. Las murallas se desplomaron y el ejército dio el asalto a la ciudad, cada uno desde su puesto, y la conquistaron.


Siete sacerdotes llevarán siete trompas delante del arca; al séptimo día darán siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompas;


Pero cuando llegó el momento de entregarle a David por esposa a Merab, hija de Saúl, se la dieron a Adriel, el de Bailen.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí