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Jueces 15:14 - Nueva Biblia Española (1975)

14 Cuando llegó a La Quijada, los filisteos salieron a recibirlo con gran algazara; pero lo invadió el espíritu del Señor, y las cuerdas de sus brazos fueron como mecha que se quema, y las ataduras de sus manos se deshicieron.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Cuando Sansón llegó a Lehi, los filisteos salieron gritando de triunfo. Sin embargo, el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, y él rompió las sogas que tenía atadas en los brazos como si fueran hilos de lino quemados, y cayeron de las muñecas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Cuando estaba ya cerca de Lehi, salieron a su encuentro los filisteos lanzando gritos de alegría. Entonces se apoderó de él el espíritu de Yavé. Las cuerdas que amarraban sus brazos se volvieron para él como hilos de lino quemado, y se deshicieron las ataduras de sus manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Él iba llegando a Lehi cuando los filisteos alzaron el grito corriendo a su encuentro. Entonces el Espíritu de YHVH lo invadió, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado al fuego, y sus ataduras se desprendieron de sus manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Cuando llegaba a Lejí, los filisteos salieron gritando a su encuentro, pero entonces lo invadió el espíritu de Yahveh y los cordeles con que tenía atados los brazos fueron como hilos de lino consumidos por el fuego, de modo que las ligaduras se deshicieron entre sus manos.

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Jueces 15:14
22 Tagairtí Cros  

que el júbilo de los malvados es efímero y la alegría del impío dura un instante?


me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé;


adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tensar la ballesta.


El Faraón pensará que los israelitas están copados en el país y que el desierto les cierra el paso.


Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: '¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas'.


No cantes victoria, mi enemiga: si caí, me alzaré; si me siento en tinieblas, el Señor es mi luz.


por supuesto, a ti en particular, fiel compañero, te pido que las ayudes, pues ellas lucharon a mi lado por el evangelio, con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están escritos en el registro de los vivos'.


Entonces lo invadió el espíritu del Señor, bajó a Ascalón, mató allí a treinta hombres, los desnudó y dio las mudas a los que habían sacado la adivinanza. Después, enfurecido, se volvió a casa de su padre.


el espíritu del Señor invadió a Sansón, que descuartizó al león como quien descuartiza un cabrito, y eso que no llevaba nada en la mano. Pero no se lo contó a sus padres.


Le juraron: Sólo queremos apresarte y entregarte, no pretendemos matarte. Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas y lo sacaron de la peña.


Los filisteos fueron y acamparon contra Judá, haciendo incursiones por la zona de La Quijada.


Dalila tomó cuerdas nuevas y lo ató con ellas. Y le gritó: ¡Sansón, los filisteos! (Estaban apostados al acecho en la alcoba). Pero él rompió las cuerdas de sus brazos, como si fueran un hilo.


La gente al verlo alabó a su dios: 'Nuestro dios nos ha entregado a Sansón, nuestro enemigo, que asolaba nuestros campos y aumentaba nuestros muertos'.


Se apostaron al acecho en la alcoba, y ella gritó: ¡Sansón, los filisteos! El rompió las cuerdas como se rompe un cordón de estopa chamuscada, y no se supo el secreto de su fuerza.


Vino sobre él el espíritu del Señor, gobernó a Israel y salió a luchar; el Señor puso en sus manos a Cusan Risatain, rey de la Siria Entremos, y Otoniel se le impuso.


Están tomando y repartiendo el botín, una muchacha o dos para cada soldado, paños de colores para Sisara, bordados y recamados para el cuello de las cautivas.


De allí fueron a Loma, y de pronto dieron con un grupo de profetas. El espíritu de Dios invadió a Saúl y se puso a danzar entre ellos.


Te invadirá el espíritu del Señor, te convertirás en otro hombre y te mezclarás en su danza.


y al oírlo Saúl, lo invadió el espíritu de Dios; enfurecido,


salgo tras él, lo apaleo y se la quito de la boca; y si me ataca, lo agarro por la melena y lo golpeo hasta matarlo.


Cuando el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.


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