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Jonás 1:14 - Nueva Biblia Española (1975)

14 Entonces invocaron al Señor: ¡Ah, Señor, que no perezcamos por culpa de este hombre, no nos hagas responsables de una sangre inocente! Tú, Señor, puedes hacer lo que quieres.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces clamaron al Señor, Dios de Jonás: «Oh Señor —le rogaron—, no nos dejes morir por el pecado de este hombre y no nos hagas responsables de su muerte. Oh Señor, has enviado esta tormenta sobre él y solo tú sabes por qué».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces invocaron a Yavé y le dijeron: 'Oh Yavé, no nos hagas perecer a todos por causa de este hombre, ni nos consideres culpables de su muerte, ya que tú, Yavé, has obrado todo según deseabas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Entonces clamaron a YHVH, y dijeron: ¡Oh YHVH, te rogamos, no nos hagas perecer por la vida de este hombre, ni nos imputes sangre inocente, porque tú, oh YHVH, has hecho del modo que te agrada!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Entonces clamaron a Yahveh, diciendo: '¡Oh Yahveh! ¡Que no perezcamos nosotros por causa de este hombre, ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Yahveh, has hecho lo que has querido!'.

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Jonás 1:14
15 Tagairtí Cros  

Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen.


Pero gritaron al Señor en su angustia, y los arrancó de la tribulación.


Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace.


El Señor todo lo que quiere lo hace, en el cielo y en la tierra, en los mares y los océanos.


Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento.


Pero ellos remaban para alcanzar tierra firme, y no podían porque el mar seguía embraveciéndose.


Y aquellos hombres temieron mucho al Señor. Ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron votos.


Temieron los marineros y cada cual gritaba a su dios. Arrojaron los pertrechos al mar para aligerar la nave, mientras Jonás, que había bajado a lo hondo de la nave, dormía profundamente.


cúbranse de sayal hombres y animales. Invoquen fervientemente a Dios; que cada cual se convierta de su mala vida y de sus acciones violentas.


sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.


Los indígenas, al ver el animal colgándole de la mano, comentaban: Seguro que este individuo es un asesino; se ha escapado del mar, pero la justicia divina no le consiente vivir.


Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio),


revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía para llevar la historia a su plenitud:


Perdona a Israel, tu pueblo, que tú redimiste, Señor; no permitas que sangre inocente recaiga sobre tu pueblo, Israel; que esta sangre les quede expiada'.


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