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Jeremías 2:32 - Nueva Biblia Española (1975)

32 ¿Acaso olvida una joven sus joyas, una novia su cinturón? Pues mi pueblo me tiene olvidado un sinfín de días.

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Biblia Reina Valera 1960

32 ¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 ¿Se olvida una joven de sus joyas, o una recién casada de su vestido de bodas? Sin embargo, año tras año, mi pueblo se ha olvidado de mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 ¿Puede una joven olvidarse de sus adornos o una novia de su cinturón? Y, sin embargo, mi pueblo me ha olvidado, hace ya mucho tiempo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 ¿Olvida acaso la doncella° su ornamento, O la novia su ajuar? Pues mi pueblo me ha olvidado un sinnúmero de días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 ¿Olvida una joven sus adornos, una novia su cinturón? Pues mi pueblo me ha olvidado innumerables días.

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Jeremías 2:32
24 Tagairtí Cros  

Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro de cinco gramos de peso, y se lo puso en la nariz, y dos pulseras de oro de diez gramos, y se las puso en las muñecas.


Cuando vio el anillo y las pulseras de su hermana y oyó lo que le contaba su hermana Rebeca de lo que le había dicho el hombre, salió corriendo hacia la fuente en busca del hombre, y lo encontró esperando con los camellos, junto a la fuente.


Después sacó ajuar de plata y oro y vestidos, y se los ofreció a Rebeca y ofreció regalos al hermano y a la madre.


Muchachas de Israel, lloren por Saúl, que las vestía de púrpura y de joyas, que enjoyaba con oro sus vestidos.


se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto,


el Señor apareció para hacer justicia, y se enredó el malvado en sus propias acciones.


Porque olvidaste a Dios, tu Salvador, y no te acordaste de tu Roca de refugio. Plantabas jardines de Adonis e injertabas esquejes extranjeros:


¿Quién te asustaba, a quién temías para negarme y no acordarte de mí ni pensar en mí? ¿No es que yo callaba y disimulaba, y por eso no me temías?


Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona o novia que se adorna con sus joyas.


de ese pueblo que se niega a obedecerme, que se porta obstinadamente, que sigue a dioses extranjeros y les rinde adoración. Serán como ese cinturón inservible.


Esta es tu suerte, mi paga por tu rebelión -oráculo del Señor- , porque me olvidaste confiando en la mentira,


Pues mi pueblo me olvida y sacrifica a una ficción; tropiezan caminando por las viejas veredas y caminan por sendas y caminos sin aplanar,


¿Cambia un pueblo de dios? Y eso que no es dios, pues mi pueblo cambió su Gloria por el que no sirve.


¡Qué bien te sabes el camino de tu amor! ¡Qué bien te has aprendido el mal camino!


Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer olvidar mi nombre a mi pueblo, como lo olvidaron sus padres a causa de Baal.


Oigan, se escucha en las dunas llanto suplicante de los israelitas, que han extraviado el camino, olvidados del Señor, su Dios.


En ti se practica el soborno para derramar sangre; cobras interés usurario, te lucras a costa del prójimo y a mí me tienes olvidado -oráculo del Señor- .


Israel olvidó a su Hacedor y construyó palacios, Judá fortificó muchas ciudades; pues prenderé fuego a sus ciudades y devorará sus alcázares.


Comió Jacob hasta saciarse, engordó mi cariño, y tiró coces -estabas gordo y cebado y corpulento y rechazó a Dios, su creador; deshonró a su Roca salvadora,


Y vi bajar del cielo, de junto a Dios, a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.


sin acordarse del Señor, su Dios, que los había librado del poder de todos los enemigos de alrededor.


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