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Jeremías 18:18 - Nueva Biblia Española (1975)

18 Dijeron: Vamos a tramar un plan contra Jeremías, que no nos faltará la instrucción de un sacerdote, el consejo de un docto, el oráculo de un profeta; vamos a herirlo en la lengua, no hagamos caso de lo que dice.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Ellos decían: 'Vengan, tramemos un atentado contra Jeremías, porque no por eso van a faltar sacerdotes que nos digan la Ley, ni sabios que den consejos, ni profetas que transmitan palabras de Yavé. Vengan, debemos contradecirle y no hacer más caso a todas sus palabras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Entonces ellos dijeron: ¡Venid, tramemos nosotros un plan contra Jeremías! Ciertamente no nos faltará la instrucción del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. ¡Venid, traspasémoslo con la lengua,° y no prestemos atención a ninguna de sus palabras!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Entonces dijeron ellos: 'Vamos a urdir planes contra Jeremías, pues no perecerá la ley por falta de sacerdotes, ni el consejo por falta de sabios, ni la palabra por falta de profetas. Vamos a herirlo en la lengua y no prestaremos atención a sus palabras'.

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Jeremías 18:18
37 Tagairtí Cros  

Dijeron a David:, Ajitófel se ha unido a la conspiración de Absalón. David oró: ¡Señor, que fracase el plan de Ajitófel!


Entonces Absalón y los israelitas exclamaron: ¡El consejo de Jusay, el arquita, vale más que el de Ajitófel! (Es que el Señor había determinado hacer fracasar el plan de Ajitófel, que era el bueno, para acarrearle la ruina a Absalón).


Entonces Sedecías, hijo de Canana, se acercó a Miqueas y le dio un bofetón, diciéndole: ¿Por dónde se me ha escapado el espíritu del Señor para hablarte a ti?


Pero conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey.


enreda en sus mañas al artero y hace abortar las intrigas del taimado;


Aunque preparen tu ruina y urdan intrigas, nada conseguirán;


Estás todo el día maquinando injusticias, tu lengua es navaja afilada, autor de fraudes;


Estoy echado entre leones que devoran hombres; sus dientes son lanzas y flechas; su lengua es puñal afilado.


Afilan sus lenguas como puñales y disparan como flechas palabras venenosas,


Muerte y vida están en poder de la lengua: lo que escoja comerá.


El pícaro usa malas artes y maquina sus intrigas; perjudica a los hombres con mentiras y al desvalido que defiende su derecho.


lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor- .


Yo, como cordero manso llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que tramaban contra mí: 'Cortemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los vivos, que su nombre no se pronuncie más'.


Y ahora habla a los judíos y a los vecinos de Jerusalén: Así dice el Señor: Yo, el alfarero, les preparo un castigo y medito un plan contra ustedes. Que se convierta cada cual de su mala conducta, enmienden su conducta y sus acciones.


Hazme tú caso, Señor, escucha a mis rivales,


Los sacerdotes no preguntaban: ¿Dónde está el Señor? Los doctores de la Ley no me reconocían, los pastores se rebelaban contra mí, los profetas profetizaban en nombre de Baal, siguiendo a dioses que de nada sirven.


Oía el cuchicheo de la gente 'Cerco de Pavor', ¡a delatarlo, a delatarlo! Mis amigos acechaban mi traspié: A ver si se deja seducir, lo violaremos y nos vengaremos de él.


Los sacerdotes y los profetas dijeron a los dignatarios y a la gente: Este hombre merece la muerte por haber profetizado contra esta ciudad; ustedes mismos lo han oído.


Al llegar a la Puerta de Benjamín estaba allí el capitán de la guardia, Yirayas, hijo de Selamías, hijo de Ananías, quien detuvo al profeta Jeremías, diciendo: ¿Conque te pasas a los caldeos?


tomaron la palabra Azarías, hijo de Hosayas, y Juan, hijo de Carej, y dijeron a Jeremías: ¡Mentira! No te ha mandado el Señor, nuestro Dios, decir: No vayan a Egipto a residir allí;


No queremos escuchar esa palabra que nos dices en el nombre del Señor,


sino que haremos lo que hemos prometido: quemaremos incienso a la reina del cielo y le ofreceremos libaciones; igual que hicimos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos hartábamos de pan, nos iba bien, y no conocíamos la desgracia.


¿Por qué dicen: Somos sabios, tenemos la Ley del Señor? Si la ha falsificado la pluma falsa de los escribanos.


lo que dicen y piensan contra mí continuamente;


Vendrá desastre tras desastre y alarma tras alarma; pedirán visiones al profeta, fracasarán las instrucciones del sacerdote y las propuestas de los concejales.


Enseñen a los israelitas todos los preceptos que les comunicó el Señor por medio de Moisés.


Por eso llegará una noche sin visión, oscuridad sin oráculo; se pondrá el sol para los profetas oscureciendo el día;


los videntes avergonzados, los adivinos sonrojados se taparán la barba, porque Dios no responde.


Labios sacerdotales han de guardar el saber y en su boca se busca la doctrina, porque es mensajero del Señor de los ejércitos.


Un jurista intervino y le dijo: Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.


Se enteraron de esto algunos fariseos, los que habían estado con él, y le preguntaron: ¿Es que también nosotros somos ciegos?


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