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Éxodo 23:31 - Nueva Biblia Española (1975)

31 Marcaré las fronteras de tu país: desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el Río. Los habitantes de ese país los pondré en tus manos y tú los echarás de tu presencia.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates. Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo) y desde el desierto hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los que ocupan el país y tú los echarás fuera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y estableceré tu frontera desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos,° y desde el desierto hasta el Río,° porque entregaré en vuestras manos a los moradores de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río. Pondré en tu mano a los habitantes del país y los arrojaré de tu presencia.

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Éxodo 23:31
37 Tagairtí Cros  

Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río (Eufrates):


de las naciones de quienes había dicho el Señor a los de Israel: 'No se unan con ellas ni ellas con ustedes, porque les desviarán el corazón tras sus dioses'. Salomón se enamoró perdidamente de ellas;


Mientras tanto, a Ajab de Israel se le presentó un profeta, que le dijo: Así dice el Señor: '¿Ves todo ese ejército inmenso? Te lo entregaré hoy mismo para que sepas que yo soy el Señor'.


Salomón tenía poder sobre todos los reinos, desde el Eufrates hasta la región filistea y la frontera de Egipto. Mientras vivió le pagaron tributo y le estuvieron sometidos.


Porque su poder se extendía al otro lado del Eufrates, desde Tapsaco hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río y había paz en todas sus fronteras.


En aquella ocasión, Salomón, con todo Israel, celebró la fiesta ante el Señor, nuestro Dios, durante siete días; acudió un gentío inmenso, desde el Paso de Jamat hasta el río de Egipto, al templo que había construido. Comieron y bebieron e hicieron fiesta cantando himnos al Señor, nuestro Dios.


Tenia poder sobre todos los reyes, desde el Eufrates hasta la región filisteo y la frontera de Egipto.


que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra;


El Señor dijo a Moisés: No lo temas, pues lo entrego en tu poder con toda su tropa y su tierra. Trátalo como a Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón.


Ordena a los israelitas: Cuando entren en Canaán, están en la tierra que les toca en heredad: Canaán con sus fronteras.


Pónganse en camino y diríjanse a las montañas amorreas y a las poblaciones vecinas dé la estepa, la sierra, la Sefela, el Negueb y la costa. O sea, el territorio cananeo, el Líbano y hasta el Río Grande, el Eufrates.


Mira, ahí delante te he puesto la tierra; entra a tomar posesión de la tierra que el Señor prometió dar a los padres de ustedes, Abrahán, Isaac y Jacob', y después a su descendencia.


todo lo que pisen sus pies será suyo; se extenderán sus fronteras del Desierto al Líbano, del Río (Eufrates) al Mar Occidental.


Y como el Señor, nuestro Dios, nos lo entregó, lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo el ejército.


Desde Aroer, a orillas del Arnón (la ciudad que da sobre el río), hasta Galaad no hubo villa que se nos resistiera. Todo nos lo fue entregando a nuestro paso el Señor, nuestro Dios.


Pero en las ciudades de estos pueblos cuya tierra te entrega el Señor, tu Dios, en heredad, no dejarás un alma viviente:


El Señor me dijo: 'No le tengas miedo, que te lo entrego con todo su ejército y su territorio. Trátalo como a Sijón, el rey amorreo que residía en Jesbón'.


arrojando ante ti a todos tus enemigos, como te dijo el Señor.


Así sabrás hoy que el Señor, tu Dios, es quien cruza al frente de ti, como fuego voraz; y los destrozará, y los derrotará ante ti, para que tú los desalojes y destruyas rápidamente, como te prometió el Señor.


Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, desde el gran río Eufrates hasta el Mediterráneo, en occidente.


Ustedes no dejen de perseguir al enemigo, atáquenles la retaguardia; no los dejen llegar a sus poblados, porque el Señor, su Dios, se los entrega.


y el Señor le dijo: No les tengas miedo, que yo te los entrego; ni uno de ellos podrá resistirse.


Yo expulsaré ante los israelitas a todos los habitantes de la montaña, desde el Líbano hasta Las Burgas, y a todos los fenicios. Tú tienes sólo que repartir por suertes a Israel su heredad, como te he mandado.


le dijeron: El Señor nos entrega todo el país. Toda la gente tiembla ante nosotros.


El Señor les dio paz con todos los pueblos vecinos, exactamente como lo había jurado a sus padres; ni un enemigo pudo resistirles; el Señor les entregó todos sus enemigos.


Yo emprendo hoy el viaje de iodos. Reconozcan de todo corazón y con toda el alma que no ha dejado de cumplirse una sola de todas las promesas que les hizo el Señor, su Dios. Todas se han cumplido, ni una sola ha dejado de cumplirse.


Pasaron el Jordán y llegaron a Jericó. Los jefes de Jericó los atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos, pero yo se los entregué; '


sembré el pánico ante ustedes, y expulsaron a los dos reyes amorreos no con tu espada ni con tu arco;


El Señor expulsó ante nosotros a los pueblos amorreos que habitaban el país. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!


Los llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; ellos los atacaron y yo se los entregué a ustedes.


El Señor dijo a Josué: Extiende en dirección de Ay la jabalina que llevas en la mano, porque la entrego en tu poder. Josué extendió en dirección de Ay la jabalina que llevaba en la mano,


Entonces salgan de la emboscada y apodérense de la ciudad -el Señor se la entregará-,


Los israelitas respondieron a aquellos heveos: A lo mejor viven aquí cerca. ¿Cómo vamos a hacer un tratado de paz con ustedes?


Judá subió, y el Señor le entregó los cananeos y los fereceos: mataron a diez mil hombres en Bézec.


El Señor, Dios de Israel, entregó a Sijón y todas sus tropas en poder de Israel, que los derrotó y tomó posesión de las tierras de los amorreos que habitaban aquella región.


David volvió a consultar al Señor. Y el Señor le respondió: Emprende la marcha hacia Queilá, que yo te entrego a los filisteos.


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