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Ester 3:8 - Nueva Biblia Española (1975)

8 Aman dijo al rey Asuero: Hay una raza aislada, diseminada entre todas las razas de las provincias de tu Imperio. Tienen leyes diferentes de los demás y no cumplen los decretos reales. Al rey no le conviene tolerarlos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Luego Amán se acercó al rey Jerjes y le dijo: «Hay cierta raza dispersada por todas las provincias del imperio que se mantiene aislada de todas las demás. Tienen leyes diferentes de los demás pueblos y se niegan a obedecer las leyes del rey. Por lo tanto, no conviene a los intereses del rey que ese pueblo siga con vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces Amán dijo al rey Asuero : 'En todas las provincias de tu reino vive un pueblo extraño y que está disperso en medio de los demás pueblos. Sus leyes no se parecen a las de ningún otro y no observan las leyes del rey. Por ningún motivo debes dejarlos tranquilos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Entonces dijo Amán al rey Asuero: Existe un pueblo esparcido y disperso entre los pueblos de todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son distintas de las de cualquier otro pueblo, y no cumplen las leyes del rey, por lo que no conviene que el rey los tolere,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.

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Ester 3:8
25 Tagairtí Cros  

Cuando Jerjes subió al trono, al comienzo de su reinado, redactaron una denuncia contra los habitantes de Judá y Jerusalén.


Pero acuérdate de lo que dijiste a tu siervo Moisés: 'Si son infieles les dispersaré entre las naciones;


Si te parece bien, majestad, decreta su exterminio, y yo entregaré a la hacienda trescientas toneladas de plata para el tesoro real.


Cuando Mardoqueo supo lo que pasaba, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal, se echó ceniza y salió por la ciudad lanzando gritos de dolor: ¡Desaparece un pueblo inocente!


¿No oyes lo que dice este pueblo? 'Las dos familias que el Señor había elegido las ha rechazado'. Así desprecian a mi pueblo y no lo consideran como nación.


Israel era una oveja descarriada, acosada de leones: primero la devoró el rey de Asiria, últimamente la despedazó Nabucodonosor, rey de Babilonia.


Por tanto, di: Esto dice el Señor: Cierto, los llevé a pueblos lejanos, los dispersé por los países y fui para ellos un santuario pasajero en los países adonde fueron.


Dejaré que algunos escapen de la espada a otras naciones, y cuando se dispersen por sus territorios,


Entonces unos caldeos fueron al rey a denunciar a los judíos:


Ellos le replicaron: Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, majestad, ni la prohibición que has firmado, sino que tres veces al día reza sus oraciones.


Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar la manera de salvar a Daniel, y hasta la puesta del sol hizo lo imposible por librarlo.


Los aventaré en medio de los pueblos y los perseguiré con la espada desenvainada. Sus campos serán desolación y sus ciudades ruinas.


Y los zarandeé por naciones extranjeras; a su espalda quedó la tierra devastada, sin vecinos ni viandantes. Así convirtieron una tierra envidiable en una desolación.


Desde la cima roqueña los veo, desde la altura los contemplo: Es un pueblo que habita apartado y no se cuenta entre las naciones.


Comentaron entre ellos los dirigentes judíos: ¿Adonde querrá irse éste, para que nosotros no podamos encontrarlo? ¿Querrá irse con los emigrados en países griegos para enseñar a los griegos?


Hemos descubierto que este peligroso individuo promueve motines contra los judíos del mundo entero y que es cabecilla de la secta de los nazarenos;


Sin embargo, nos gustaría que nos expusieras tus ideas, porque lo único que sabemos de esa secta es que en todas partes encuentra oposición.


El Señor, tu Dios, cambiará tu suerte compadecido de ti; el Señor, tu Dios, volverá y te reunirá sacándote de todos los pueblos por donde te dispersó;


Yo pensaba: 'Voy a dispersarlos y a borrar su memoria entre los hombres'.


El Señor los dispersará por las naciones, y quedarán unos pocos en los pueblos adonde los deportará el Señor.


Santiago, servidor de Dios y del Señor, Jesús el Mesías, saluda a las doce tribus de la emigración.


Pedro, apóstol de Jesús Mesías, a los emigrantes dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia:


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