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Eclesiastés 9:11 - Nueva Biblia Española (1975)

11 Otra cosa he observado bajo el sol: que no depende el correr de la agilidad, ni la batalla de la valentía, ni de la habilidad tener pan, ni la riqueza de ser avisado, ni la estima del saber, sino que siempre se tercia la ocasión y la suerte.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Observé algo más bajo el sol. El corredor más veloz no siempre gana la carrera y el guerrero más fuerte no siempre gana la batalla. Los sabios a veces pasan hambre, los habilidosos no necesariamente son ricos, y los bien instruidos no siempre tienen éxito en la vida. Todo depende de la suerte, de estar en el lugar correcto en el momento oportuno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Aún he visto esto bajo el sol, que la carrera no la ganan los más rápidos, ni la lucha los que tienen más fuerzas; no hay más pan para los sabios, ni más riquezas para los inteligentes, ni más favores para los entendidos. Pues para todos se da la ocasión y la mala suerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Me volví y vi debajo del sol que la carrera no es de los veloces, ni la batalla de los fuertes, ni de los sabios el pan, ni de los inteligentes la riqueza, ni de los elocuentes el favor, sino que un tiempo y una suerte alcanzan a todos ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 He visto además bajo el sol que no son los veloces quienes ganan la carrera, ni los héroes el combate, que también hay sabios sin pan, inteligentes sin estima, porque en todo interviene la suerte y la desgracia.

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Eclesiastés 9:11
35 Tagairtí Cros  

Entonces Absalón y los israelitas exclamaron: ¡El consejo de Jusay, el arquita, vale más que el de Ajitófel! (Es que el Señor había determinado hacer fracasar el plan de Ajitófel, que era el bueno, para acarrearle la ruina a Absalón).


Mientras tanto, Ajitófel, viendo que no se había aceptado su consejo, aparejó el burro y se marchó a casa, a su pueblo; hizo testamento, se ahorcó y murió. Lo enterraron en la sepultura familiar.


y dijo: Judíos, habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat, presten atención. Así dice el Señor: No se asusten ni acobarden ante esa inmensa multitud, porque la batalla no es cosa de ustedes, sino de Dios.


Porque esté quieto, ¿podrá alguien condenarlo? Y si esconde su rostro, ¿quién podrá verlo? Vela sobre pueblos y hombres


Los valientes duermen su sueño y a los guerreros no les responden sus brazos.


lo escucha el sensato y aumenta su saber, el inteligente adquiere destreza


¿Qué hará el hombre que sucederá al rey? Lo que ya habían hecho'. Me puse a examinar la sabiduría, la locura y necedad,


Comprendí que todo lo que hizo Dios durará siempre: no se puede añadir ni restar. Porque Dios exige que lo respeten.


y pensé: al justo y al malvado los juzgará Dios. Hay una hora para cada asunto y un lugar para cada acción.


También observé todas las opresiones que se cometen bajo el sol: vi. llorar a los oprimidos sin que nadie los consolara, sin que nadie los consolara del poder de los opresores;


Observé todo el esfuerzo y el éxito de las empresas: es pura rivalidad entre compañeros. También esto es vanidad y caza de viento.


Observa la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él ha torcido?


Todo lo que tiene el hombre delante es vanidad, porque una misma suerte toca a todos: al inocente y al culpable, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece, al justo y al pecador, al que jura y al que tiene reparo en jurar.


Esto es lo malo de todo lo que sucede bajo el sol: que una misma suerte toca a todos. El corazón de los hombres está lleno de maldad: mientras viven piensan locuras y después ¡a morir!


que no salve la agilidad, que no libre la valentía. ¡Al norte, a la orilla del Eufrates, tropezaron y cayeron!


¿Cómo presumían de valientes, de soldados aguerridos?


Así dice el Señor: No se glorie el sabio de su saber, no se gloríe el soldado de su valor, no se gloríe el rico de su riqueza;


no cuentan los que habitan la tierra, y trata como quiere al ejército del cielo; nadie puede atentar contra él ni exigirle cuentas de lo que hace'.


entonces verán ustedes la diferencia entre buenos y malos, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.


Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio),


Y no digas: 'Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas'.


Acuérdate del Señor, tu Dios, que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.


Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.


Obsérvenlo bien: si tira hacia su territorio y sube a Casalsol, es que ese Dios nos ha causado esta terrible calamidad; en caso contrario, sabremos que no nos ha herido su mano, sino que ha sido un accidente.


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