Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Cantares 1:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 ¡Ah, llévame contigo, sí, corriendo, a tu alcoba condúceme, rey mío: a celebrar contigo nuestra fiesta y alabar tus amores más que el vino! ¡Con razón de ti se enamoran! Diálogo

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Llévame contigo, ven, corramos! El rey me ha traído a su alcoba. Cuánto nos alegramos por ti, oh rey; elogiamos tu amor aún más que el vino. Con razón te quieren las jóvenes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Llévame, oh Rey, a tu habitacion para que nos alegremos y regocijamos, y celebremos, no el vino, sino tus caricias. ¿Cómo podrían no quererte?

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Atráeme, y correremos en pos de ti! El rey me introdujo en su recámara: Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti, Y hallaremos tu amor más fragante que el vino. ¡Con justísima causa te aman!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Llévame contigo corriendo. Introdúceme, rey mío, en tu aposento; gocemos juntos, disfrutemos, celebrando tu amor, mejor que el vino. ¡Con razón se enamoran!

Féach an chaibidil Cóip




Cantares 1:4
37 Tagairtí Cros  

ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente:


correré por el camino de tus mandatos cuando me ensanches el corazón.


con diligencia, sin tardanza observo tus mandatos;


festeje Israel a su Creador, los vecinos de Sión a su Rey.


Recordando otros tiempos desahogo mi alma: cómo entraba en el recinto y me postraba hacia el santuario, entre cantos de júbilo y acción de gracias, en el bullicio de la fiesta.


Oh Dios, meditamos tu lealtad en medio de tu templo:


me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos.


Pero apenas los pasé, encontré al amor de mi alma: lo agarré y ya no lo soltaré, hasta meterlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me llevó en sus entrañas.


j Qué bellos tus amores, hermana y novia mía; tus amores son mejores que el vino! Y tu aroma es mejor que los perfumes.


y aniquilará la muerte para siempre. El Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros y alejará de la tierra entera el oprobio de su pueblo -lo ha dicho el Señor-.


por el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.


para cambiar su ceniza en corona su luto en perfume de fiesta, su abatimiento en traje de gala. Los llamarán Robles del Justo, plantados por el Señor, para su gloria.


Voy a recordar la misericordia del Señor, las alabanzas del Señor: todo lo que hizo por nosotros el Señor, sus muchos beneficios a la casa de Israel, lo que hizo con su compasión y su gran misericordia.


el Señor se le apareció desde lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi lealtad;


Con correas de amor los atraía, con cuerdas de cariño. Fui para ellos como quien alza una criatura a las mejillas; me inclinaba y les daba de comer.


¡Grita, ciudad de Sión; lanza vítores, Israel; festéjalo exultante, Jerusalén capital!


Alégrate, ciudad de Sión: aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso, humilde, cabalgando un burro, una cría de burra.


Mientras iban a comprarlo llegó el novio; las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.


El ángel les dijo: Tranquilícense, miren que les traigo una buena noticia, una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:


Tomando un pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan lo mismo en memoria mía.


pues yo, cuando sea levantado de la tierra, tiraré de todos hacia mí.


Nadie puede llegar hasta mí si el Padre que me mandó no tira de él, y a ése yo lo resucitaré el último día.


con él nos resucitó y con él nos hizo sentar en el cielo, en la persona del Mesías Jesús.


su favor acompañe a todos los que aman a nuestro Señor, Jesús Mesías, sin desfallecer.


Porque los circuncisos somos nosotros, que damos culto con el Espíritu de Dios y que ponemos nuestra gloria en el Mesías Jesús sin confiar en lo propio nuestro.


Como cristianos, estén siempre alegres, se lo repito, estén alegres. Que todo el mundo note lo comprensivos que son.


En consecuencia, rodeados como estamos por tal nube de testigos de la fe, sacudámonos todo lastre y el pecado que se nos pega. Corramos con constancia en la competición que se nos presenta,


Ustedes no lo vieron, pero lo aman; ahora, creyendo en él sin verlo, sienten un gozo indecible, radiantes de alegría,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí