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Amós 9:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Vi al Señor en pie junto al altar, que decía: Golpea los capiteles y trepidarán los umbrales: Arrancaré a todos los capitanes y daré muerte a espada a su séquito; no escapará ni un fugitivo, no se salvará ni un evadido.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces vi una visión del Señor, quien estaba de pie junto al altar, y dijo: «Golpea la parte superior de las columnas del templo para que los cimientos se sacudan. Derriba el techo sobre las cabezas de la gente. Mataré a espada a los que sobrevivan. ¡Nadie escapará!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vi al Señor, de pie junto al altar, que decía: 'Rompe las columnas para que se hunda el techo y les parta a todos la cabeza; y si alguno llega a salvarse, lo mataré a espada; pues ninguno de ellos podrá huir, no escapará nadie con vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Vi a Adonay de pie junto al altar, y dijo: Golpea los capiteles para que se estremezcan los pilares; Hazlos pedazos sobre la cabeza de todos, Y Yo haré que mueran los que queden de ellos, Para que nadie logre escapar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vi a Yahveh, de pie junto al altar, que decía: '¡Rompe el capitel y que se desplomen los dinteles! Les cortaré a todos ellos la cabeza y a los que queden los mataré a espada; ninguno de ellos podrá huir, ni un solo evadido se podrá salvar.

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Amós 9:1
28 Tagairtí Cros  

Miqueas continuó: Por eso, escuchen la palabra del Señor: vi. al Señor sentado en su trono. Todo el ejército celeste estaba en pie a derecha e izquierda:


Dios aplasta las cabezas de sus enemigos, los cráneos de los criminales.


Dice el Señor: 'Los traeré desde Basan, los traeré desde el fondo del mar;


y dijeron: -No. Huiremos a caballo. -Está bien, tendrán que huir. -Correremos a galope. -Más correrán los que los persigan.


El año de la muerte del rey Ozías vi. al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.


Por eso, así dice el Señor: Yo les enviaré una calamidad que no podrán rehuir; me gritarán y no los oiré.


la espada que ustedes temen los alcanzará en Egipto; el hambre que los asusta se les pegará en Egipto y allí morirán.


el que se libra del pánico cae en la zapa, al que se alza de la zapa lo atrapa el cepo; porque hago que le llegue a Moab el año de rendir cuentas -oráculo del Señor- .


El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor. Al contemplarla, caí rostro en tierra, y oí la voz de uno que me hablaba.


La gloria del Señor se remontó sobre los querubines y se colocó en el umbral del templo; la nube llenó el templo y el resplandor de la gloria del Señor llenó el atrio.


me encararé con ellos: ¿escaparon del fuego?, pues el fuego los devorará, y sabrán que yo soy el Señor cuando me enfrente con ellos.


Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte, empuñando mazas. En medio de ellos, un hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al altar de bronce.


Cuando tome cuentas a Israel de sus delitos, le tomaré cuentas de los altares de Betel: los salientes del altar serán arrancados y caerán al suelo;


Pues el Señor dice: Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas morirán a espada; tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel marchará de su país al destierro.


quedarán desoladas las lomas de Isaac, arruinadas las ermitas de Jacob; empuñaré la espada contra la dinastía de Jeroboán.


sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido: destrozas el techo de la casa del malvado, desnudas sus cimientos hasta la roca.


Entonces registraré a Jerusalén con linternas, para pedir cuentas a los aletargados con vinos generosos, a los que piensan: 'Dios no actúa ni bien ni mal';


en su recinto se tenderán manadas de fieras de toda especie, pelícanos y erizos pernoctan en los capiteles, resuena su canto en las ventanas, el umbral queda destrozado, las maderas de cedro desnudas.


A la divinidad nadie la ha visto nunca; el único Dios engendrado, el que está de cara al Padre, él ha sido la explicación.


Y Juan dio este testimonio: He contemplado al Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo; y se quedó sobre él.


a medio día, Majestad, vi por el camino una luz venida del cielo, más brillante que el sol, que relampagueaba en torno mío y de mis compañeros de viaje.


Josué ordenó: Rueden piedras grandes a la entrada de la cueva y pongan allí centinelas.


Al verlo caí a sus pies como muerto. El puso su mano derecha sobre mí, diciéndome: 'No temas, yo soy el primero y el último,


Llegó otro ángel llevando un incensario de oro y se detuvo junto al altar; le entregaron gran cantidad de aromas para que los mezclara con las oraciones de todos los consagrados sobre el altar de oro situado ante el trono.


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