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2 Samuel 3:31 - Nueva Biblia Española (1975)

31 David ordenó a Joab y a sus acompañantes: Rásguense las vestiduras y cíñanse un sayal y hagan duelo por Abner. El rey David caminaba detrás del féretro.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Entonces dijo David a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Entonces David les dijo a Joab y a todos los que estaban con él: «Rásguense la ropa, pónganse tela áspera y hagan duelo por Abner». El rey David en persona caminó detrás del cortejo fúnebre hasta la tumba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 David dijo después a Joab y a toda la gente que estaba a su alrededor: 'Rasguen sus ropas, pónganse sacos en su cintura y hagan duelo por Abner'. El rey David iba detrás del cadáver.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Después David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: ¡Rasgad vuestros vestidos, ceñíos sacos y haced duelo por Abner! Y el propio rey David iba detrás del féretro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Dijo luego David a Joab y a toda la gente que con él estaba: 'Rasgad vuestras vestiduras y ceñíos de saco en señal de duelo por Abner'. Y el mismo rey David fue andando detrás del féretro.

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2 Samuel 3:31
12 Tagairtí Cros  

Entretanto, Rubén volvió al aljibe, y al ver que José no estaba allí, se rasgó las vestiduras;


Jacob rasgó su manto, se ciñó un sayal e hizo luto por su hijo muchos días.


Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes hicieron lo mismo.


Al tercer día de la muerte de Saúl, llegó uno del ejército con la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza; cuando llegó cayó en tierra, postrándose ante David.


Sus ministros le dijeron: Mira, hemos oído que los reyes de Israel son misericordiosos. Vamos a ceñirnos un sayal y atarnos una cuerda en la cabeza, y nos rendimos al rey de Israel. A lo mejor te perdona la vida.


En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.


Cuando el rey Ezequías lo oyó, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y fue al templó;


y despacho a Eliacín, mayordomo de palacio; a Sobná, el secretario, y a sacerdotes más ancianos, vestidos de sayal, para que fueran a decirle al profeta Isaías, hijo de Amos:


Acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: ¡A ti, te hablo, muchacho, levántate!


Josué se rasgó el manto, cayó rostro en tierra ante el arca del Señor y estuvo así hasta el atardecer, junto con los concejales de Israel, echándose polvo a la cabeza.


pero haré que mis dos testigos profeticen vestidos de saco mil doscientos sesenta días'.


En cuanto la vio, se rasgó la túnica gritando: ¡Ay hija mía, qué desdichado soy! Tú eres mi desdicha, porque hice una promesa al Señor y no puedo volverme atrás.


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