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2 Reyes 8:9 - Nueva Biblia Española (1975)

9 Jazael fue a ver a Eliseo, llevándole como regalo cuarenta camellos cargados con los mejores productos de Damasco. Cuando llegó ante él, puesto en pie dijo: Tu hijo Benadad, rey de Siria, me envía a consultarte: ¿Saldré de esta enfermedad?

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Biblia Reina Valera 1960

9 Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Entonces Hazael cargó cuarenta camellos con los mejores productos de Damasco para regalarle a Eliseo. Fue a verlo y le dijo: —Tu siervo Ben-adad, rey de Aram, me ha enviado a preguntarte: “¿Voy a recuperarme de esta enfermedad?”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Jazael fue pues a ver al hombre de Dios, llevándole como regalo de todo lo mejor que hay en Damasco, lo que era transportado en cuarenta camellos. Llegó a la casa del hombre de Dios y, cuando lo hicieron entrar, le dijo: 'Tu hijo Ben-Hadad, rey de Aram, me envió donde ti para saber si sanará de su enfermedad'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Hazael fue pues a su encuentro llevándose consigo un presente de lo mejor de Damasco, una carga de cuarenta camellos, y se detuvo ante él, y le dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me envía a ti, preguntando: ¿Sanaré de esta enfermedad?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Fue, pues, Jazael a su encuentro, llevando consigo, como regalo, todo lo mejor de Damasco, cargado en cuarenta camellos. Llegó y se presentó ante él, diciendo: 'Tu hijo, Ben Hadad, rey de Aram, me envía a ti para preguntarte: '¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?''.

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2 Reyes 8:9
13 Tagairtí Cros  

Llévate diez panes, rosquillas y un tarro de miel, y preséntate a él; él te dirá qué va a ser del niño.


Entonces Asá tomó la plata y el oro que quedaba en el tesoro del templo y del palacio y, entregándoselos a sus ministros, los envió a Benadad, hijo de Tabrimón, de Jezión, rey de Siria, que residía en Damasco, con este mensaje:


Él Señor le dijo; Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco, y cuando llegues,


En Samaria, Ocozías se cayó por el mirador, desde el piso de arriba, y quedó malherido. Entonces despachó unos mensajeros con este encargo: Vayan a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, a ver si me curo de estas heridas.


Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás de Israel bajó a visitarlo y se echó sobre él llorando y repitiendo: ¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel!


Acaz mandó una embajada a Tiglat Piléser, rey de Asiría, con este mensaje: 'Soy hijo y servidor tuyo. Ven a librarme del poder del rey de Siria y del rey de Israel, que se han levantado en armas contra mí'.


Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuánto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes.


El rey de Siria le dijo: Ven, que te doy una carta para el rey de Israel. Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes.


El rey de Israel, al verlos, dijo a Elíseo: Padre, ¿los mato?


tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar;


Sin embargo, no quise hacer nada sin contar contigo; no quiero que tu bondad parezca forzada, sino espontánea.


Pregunta a tus sirvientes y te lo dirán. Atiende favorablemente a estos muchachos, que venimos en un día de alegría. Haz el favor de darle a David, siervo e hijo tuyo, lo que tengas a mano'.


Saúl replicó: Y si vamos, ¿qué le llevamos a ese hombre? Porque no nos queda pan en el morral y no tenemos nada que llevarle a ese profeta. ¿Qué nos queda?


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