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1 Samuel 2:15 - Nueva Biblia Española (1975)

15 Incluso antes de quemar la grasa, iba el ayudante del sacerdote y decía al que iba a ofrecer el sacrificio: Dame la carne para el asado del sacerdote. Tiene que ser cruda, no te aceptaré carne cocida.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Algunas veces el sirviente llegaba aun antes de que la grasa del animal fuera quemada sobre el altar. Exigía carne cruda antes de que hubiera sido cocida, para poder asarla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Incluso antes de que se quemara la grasa, llegaba el sirviente del sacerdote y decía al que estaba ofreciendo el sacrificio: 'Dame carne para asársela al sacerdote, él no aceptará carne cocida, sino únicamente carne para asarla'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote se acercaba y decía al que sacrificaba: Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Ya antes incluso de que se quemara la grasa, venía el criado del sacerdote y decía al que ofrecía el sacrificio: 'Dame la carne para asársela al sacerdote; porque no te aceptará carne cocida, sino cruda'.

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1 Samuel 2:15
8 Tagairtí Cros  

No comerán de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas.


El sacerdote lo dejará quemarse sobre el altar. Es comida en oblación de aroma que aplaca al Señor. Toda grasa le pertenece al Señor.


evítenlos, gente de ésa no está al servicio del Mesías nuestro Señor, sino al de su propio estómago, y con dulzuras y halagos engañan a los ingenuos.


Su paradero es la ruina, honran a Dios con el estómago y ponen su gloria en sus vergüenzas, centrados como están en lo terreno.


Son éstos los que en sus comidas fraternas -qué vergüenza- banquetean sin recato, echándose pienso. Nubes sin lluvia que se llevan los vientos, árboles que en otoño no dan fruto y que arrancados de cuajo mueren por segunda vez;


lo clavaba dentro de la olla o caldero o cacerola o marmita, y todo lo que enganchaba el tenedor se lo llevaba al sacerdote. Así hacían con todos los israelitas que acudían a Silo.


Y si el otro respondía: Primero hay que quemar la grasa, luego puedes llevarte lo que se te antoje. Le replicaba: No. O me la das ahora o me la llevo por las malas.


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