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1 Samuel 14:6 - Nueva Biblia Española (1975)

6 Jonatán dijo a su escudero: Vamos a pasar hacia el destacamento de esos incircuncisos; a lo mejor el Señor nos da la victoria; no le cuesta salvar con muchos o con pocos.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 —Crucemos hasta la avanzada de esos paganos —le dijo Jonatán a su escudero—. Tal vez el Señor nos ayude, porque nada puede detener al Señor. ¡Él puede ganar la batalla ya sea que tenga muchos guerreros o solo unos cuantos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Jonatán dijo al joven que llevaba sus armas: 'Vamos y atravesemos hasta el puesto de esos incircuncisos. A lo mejor Yavé hace algo por nosotros, porque nada detiene a Yavé. Ya sea con muchos o con pocos, él puede siempre salvar'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y Jonatán dijo a su joven escudero: Ven, pasemos a la guarnición de esos incircuncisos. Quizá YHVH actúe por nosotros, porque para YHVH no hay impedimento en salvar con muchos o con pocos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Jonatán dijo a su escudero. 'Ven; vamos a pasar al puesto de esos incircuncisos. Quizá Yahveh haga algo por nosotros, porque nada le impide a Yahveh dar la victoria con muchos o con pocos'.

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1 Samuel 14:6
31 Tagairtí Cros  

No lo cuenten en Gat, no lo pregonen en las calles de Ascalón; que no se alegren las muchachas filisteas, no lo celebren las hijas de los incircuncisos.


Quizá el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy.


Ojalá oiga el Señor, tu Dios, las palabras del copero mayor, a quien su señor, el rey de Asiria, ría enviado para ultrajar al Dios vivo, y castigar las palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. ¡Reza por el resto que todavía subsiste!


Asá le hizo frente y entablaron batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresa.


Asá invocó al Señor, su Dios: Señor, cuando quieres ayudar no distingues entre poderosos y débiles. Ayúdanos, Señor, Dios nuestro, que en ti nos apoyamos y en tu nombre nos dirigimos contra esa multitud. Tú eres nuestro Dios. No te dejes vencer por un hombre.


El Señor todo lo que quiere lo hace, en el cielo y en la tierra, en los mares y los océanos.


Así dice el Señor: No se glorie el sabio de su saber, no se gloríe el soldado de su valor, no se gloríe el rico de su riqueza;


Miren que llegan días -oráculo del5eñoren que pediré cuentas a todo circunciso:


a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab y a los beduinos de cabeza rapada. Porque todos, lo mismo que Israel, son incircuncisos de corazón.


en todas las viñas habrá duelo, cuando pase entre ustedes, dice el Señor:


Busquen al Señor, los humildes que cumplen sus mandatos: busquen la justicia, busquen la humildad, para tener un refugio el día de la ira del Señor.


Si vienes con nosotros te haremos compartir los bienes que el Señor nos conceda y te trataremos bien.


Armen para la guerra mil hombres de cada tribu de Israel.


Jesús se les quedó mirando y les dijo: Humanamente eso es imposible, pero para Dios todo es posible.


¿Cabe decir más? Si Dios está a favor nuestro, ¿quién podrá estar en contra?


¿Cómo es que uno persigue a mil y dos ponen en fuga a diez mil? ¿No es porque su Roca los ha vendido, porque el Señor los ha entregado?


Porque los circuncisos somos nosotros, que damos culto con el Espíritu de Dios y que ponemos nuestra gloria en el Mesías Jesús sin confiar en lo propio nuestro.


Así, púas, dame ese monte que prometió aquel día Moisés; tú lo oíste: que vivían aquí los enaquitas y que sus ciudades eran grandes y fortificadas. Ojala el Señor esté conmigo y logre expulsarlos como él prometió.


Pero sentía una sed enorme y gritó al Señor: Tú me has concedido esta gran victoria, ¡y ahora voy a morir de sed y a caer en manos de esos incircuncisos!


Uno se erguía hacia el norte, frente a Micmás, y el otro hacia el sur, frente a Loma.


El escudero respondió: Haz lo que quieras; estoy a tu disposición.


David preguntó a los que estaban con él: ¿Qué le darán al que venza a ese filisteo y salve la honra de Israel? Porque, ¿quién es ese filisteo incircunciso para desafiar al ejército del Dios vivo?


Tu servidor ha matado leones y osos; ese filisteo incircunciso será uno más, porque ha desafiado a las huestes del Dios vivo.


Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo ya las fieras de la tierra, y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel,


y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestro poder.


Saúl dijo a su escudero: Saca la espada y atraviésame, no vayan a llegar esos incircuncisos y abusen de mí. Pero el escudero no quiso, porque le entró pánico. Entonces Saúl tomó la espada y se dejó caer sobre ella.


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