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1 Corintios 9:18 - Nueva Biblia Española (1975)

18 Soy libre, cierto, nadie es mi amo; sin embargo, me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles.

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Biblia Reina Valera 1960

18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 ¿Cuál es, entonces, mi paga? Es la oportunidad de predicar la Buena Noticia sin cobrarle a nadie. Por esa razón, nunca reclamo mis derechos cuando predico la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Entonces, ¿cómo podré merecer alguna recompensa? Dando el Evangelio gratuitamente, y sin hacer valer mis derechos de evangelizador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¿Cuál, pues, es mi recompensa? Que predicando las buenas nuevas, presente gratuitamente el evangelio,° para no usar mi derecho en el evangelio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¿Cuál es entonces mi paga? Que al anunciar el evangelio, lo anuncie gratis, sin usar del derecho que por el evangelio me corresponde.

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1 Corintios 9:18
16 Tagairtí Cros  

EI segador cobra salario reuniendo fruto para una vida definitiva; así se alegran los dos, sembrador y segador,


Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a trabajar en su casa (eran tejedores de lona).


Ahora que, si por comer de algo, hieres a tu hermano, ya no estás procediendo como pide el amor. Que por comer tú no se pierda uno por quien el Mesías murió.


como yo a mi vez procuro en todo dar satisfacción a todos, no buscando mi provecho, sino el de la gente, para que se salven.


El que planta y el que riega hacen uno, aunque el salario que cobre cada cual dependerá de lo que haya trabajado.


los que sacan partido de este mundo, como si no disfrutaran, porque el papel de este mundo está para terminar.


pero cuidado con que esa libertad de ustedes no se convierta en obstáculo para los inseguros.


Bien saben que a los que celebran el culto el templo los sustenta y que los que atienden al altar tienen su parte en las ofrendas del altar.


Porque el hecho de predicar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo, ése es mi destino, ¡pobre de mí si no lo anunciara!


¿dónde está entonces mi mérito? En predicar el evangelio ofreciéndolo gratis, sin aprovecharme del derecho que me da esa predicación.


Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos de ustedes por Jesús;


no buscamos honores humanos, ni de ustedes ni de otros.


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