Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Salmos 102:8 - Biblia Reina Valera 1909

8 Cada día me afrentan mis enemigos; Los que se enfurecen contra mí, hanse contra mí conjurado.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

8 Cada día me afrentan mis enemigos; Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Mis enemigos se burlan de mí día tras día; se mofan de mí y me maldicen.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Todo el día me insultan mis enemigos, los que me adulan maldicen de mí.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Mis enemigos me afrentan cada día, Mis escarnecedores me maldicen.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 siempre en vela, como pájaro solitario sobre el techo.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 102:8
15 Tagairtí Cros  

¿POR qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan vanidad?


Mis enemigos dicen mal de mí preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?


A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque echaron sobre mí iniquidad, Y con furor me han amenazado.


La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado: Y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo: Y consoladores, y ninguno hallé.


Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.


Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.


Y dejaréis vuestro nombre por maldición á mis escogidos, y el Señor Jehová te matará; y á sus siervos llamará por otro nombre.


Y todos los trasportados de Judá que están en Babilonia, tomarán de ellos maldición, diciendo: Póngate Jehová como á Sedechîas y como á Achâb, los cuales asó al fuego el rey de Babilonia.


Y ellos se llenaron de rabia; y hablaban los unos á los otros qué harían á Jesús.


Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé á blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas.


Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él.


Porque Cristo no se agradó á sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí