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Proverbios 22:11 - Biblia Reina Valera 1909

11 El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios su amigo será el rey.

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Biblia Reina Valera 1960

11 El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El que ama la pureza del corazón y habla con gracia tendrá al rey como amigo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé ama a los corazones rectos; al que procura el bien, el rey lo tomará por amigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 El que ama la pureza de corazón, El que tiene gracia en sus labios, Tendrá como amigo al propio rey.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Quien aprecia la pureza de corazón y la gracia en el hablar es amigo del rey.

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Proverbios 22:11
17 Tagairtí Cros  

Azaría hijo de Nathán era sobre los gobernadores; Zabud hijo de Nathán era principal oficial, amigo del rey;


Porque Mardochêo Judío fué segundo después del rey Assuero, y grande entre los Judíos, y acepto á la multitud de sus hermanos, procurando el bien de su pueblo, y hablando paz para toda su simiente.


Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo: El que anduviere en el camino de la perfección, éste me servirá.


El limpio de manos, y puro de corazón: El que no ha elevado su alma á la vanidad, Ni jurado con engaño.


Haste hermoseado más que los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios: Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.


La benevolencia del rey es para con el ministro entendido: Mas su enojo contra el que lo avergüenza.


Los labios justos son el contentamiento de los reyes; Y aman al que habla lo recto.


Los ojos de Jehová miran por la ciencia; Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.


Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.


Entonces el rey engrandeció á Sadrach, Mesach, y Abed-nego en la provincia de Babilonia.


Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios.


Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?


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