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Oseas 3:1 - Biblia Reina Valera 1909

1 Y DÍJOME otra vez Jehová: Ve, ama una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel; los cuales miran á dioses ajenos, y aman frascos de vino.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yavé me dijo: 'Vuelve a querer de nuevo a una mujer adúltera que hace el amor con otros, así como Yavé ama a los hijos de Israel a pesar de que lo han dejado por otros dioses y les ofrecen tortas de pasas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Me dijo YHVH: Ve otra vez, ama a una mujer amada por su marido,° y aún así, adúltera, Tal como YHVH ama a los hijos de Israel, Aunque siguen a dioses ajenos, Y aman las tortas de uvas pasas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yahveh me dijo: 'Vete otra vez y ama a una mujer que ama a otro y es adúltera, como ama Yahveh a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a otros dioses y se complacen en las tortas de pasas'.

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Oseas 3:1
34 Tagairtí Cros  

Y repartió á todo el pueblo, y á toda la multitud de Israel, así á hombres como á mujeres, á cada uno una torta de pan, y un pedazo de carne, y un frasco de vino. Y fuése todo el pueblo, cada uno á su casa.


Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y compadecióse de ellos, y mirólos, por amor de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de sí hasta ahora.


Y repartió á todo Israel, así á hombres como á mujeres, á cada uno una torta de pan, y una pieza de carne, y un frasco de vino.


Empero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.


He aquí como los ojos de los siervos miran á la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva á la mano de su señora; Así nuestros ojos miran á Jehová nuestro Dios, Hasta que haya misericordia de nosotros.


Y el día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron pacíficos: y sentóse el pueblo á comer y á beber, y levantáronse á regocijarse.


Sustentadme con frascos, corroboradme con manzanas; Porque estoy enferma de amor.


Mirad á mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay más.


Mas como la esposa quiebra la fe de su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.


¿No es Ephraim hijo precioso para mí? ¿no es niño delicioso? pues desde que hablé de él, heme acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él: apiadado, tendré de él misericordia, dice Jehová.


¿Cómo tengo de dejarte, oh Ehpraim? ¿he de entregarte yo, Israel? ¿cómo podré yo hacerte como Adma, ni ponerte como á Zeboim? Mi corazón se revuelve dentro de mí, inflámanse todas mis conmiseraciones.


Porque su madre fornicó; la que los engendró fué avergonzada; porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.


Fornicación, y vino, y mosto quitan el corazón.


El día de nuestro rey los príncipes lo hicieron enfermar con vasos de vino: extendió su mano con los escarnecedores.


Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto á cualquier altar; y el vino de los penados beben en la casa de sus dioses.


Beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.


Yo empero á Jehová esperaré, esperaré al Dios de mi salud: el Dios mío me oirá.


Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he tornado á Jerusalem con miseraciones; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalem.


Y Jesús le dijo: Amigo, ¿á qué vienes? Entonces llegaron, y echaron mano á Jesús, y le prendieron.


No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.


Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está escrito: Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.


Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, y en abominables idolatrías.


Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron á Jehová: y su alma fué angustiada á causa del trabajo de Israel.


Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñas, y pisaron la uva, é hicieron alegrías; y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron á Abimelech.


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