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Mateo 8:5 - Biblia Reina Valera 1909

5 Y entrando Jesús en Capernaum, vino á él un centurión, rogándole,

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cuando Jesús regresó a Capernaúm, un oficial romano se le acercó y le rogó:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole:

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cuando Él entró en Cafarnaum, se le acercó un centurión, rogándole y diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Cuando entró en Cafarnaún se le acercó un centurión y le suplicó: '

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Mateo 8:5
15 Tagairtí Cros  

Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta los infiernos serás abajada; porque si en los de Sodoma fueran hechas las maravillas que han sido hechas en ti, hubieran quedado hasta el día de hoy.


Y el centurión, y los que estaban con él guardando á Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.


Y dejando á Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Nephtalim:


ENTONCES entrando en el barco, pasó á la otra parte, y vino á su ciudad.


Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había espirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.


Y ENTRÓ otra vez en Capernaum después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.


Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar á un hombre Romano sin ser condenado?


Y Pablo, llamando á uno de los centuriones, dice: Lleva á este mancebo al tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.


Y llamados dos centuriones, mandó que apercibiesen para la hora tercia de la noche doscientos soldados, que fuesen hasta Cesarea, y setenta de á caballo, y doscientos lanceros;


Y soplando el austro, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, alzando velas, iban cerca de la costa de Creta.


Pablo dijo al centurión y á los soldados: Si éstos no quedan en la nave, vosotros no podéis salvaros.


Mas el centurión, queriendo salvar á Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, se echasen los primeros, y saliesen á tierra;


Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.


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