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Mateo 27:4 - Biblia Reina Valera 1909

4 Diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da á nosotros? Viéras lo tú.

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Biblia Reina Valera 1960

4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 —He pecado —declaró—, porque traicioné a un hombre inocente. —¿Qué nos importa? —contestaron—. Ese es tu problema.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Les dijo: 'He pecado: he entregado a la muerte a un inocente. Ellos le contestaron: '¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 diciendo: 'He pecado entregando sangre inocente'. Pero ellos contestaron: 'Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!'.

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Mateo 27:4
33 Tagairtí Cros  

Y acaeció cuando Achâb oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y durmió en saco, y anduvo humillado.


Asimismo por la sangre inocente que derramó, pues hinchió á Jerusalem de sangre inocente: Jehová por tanto, no quiso perdonar.


Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos.


Muchas veces he oído cosas como estas: Consoladores molestos sois todos vosotros.


Pónense en corros contra la vida del justo, Y condenan la sangre inocente.


E hizo llamar á Moisés y á Aarón de noche, y díjoles: Salid de en medio de mi pueblo vosotros, y los hijos de Israel; é id, servid á Jehová, como habéis dicho.


Entonces Faraón envió á llamar á Moisés y á Aarón, y les dijo: He pecado esta vez: Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos.


Según su sabiduría es alabado el hombre: Mas el perverso de corazón será en menosprecio.


Mas sabed de cierto que, si me matareis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus moradores: porque en verdad Jehová me envió á vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.


Entonces clamaron a Jehová, y dijeron: Rogámoste ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de aqueste hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente: porque tú, Jehová, has hecho como has querido.


Y estando él sentado en el tribunal, su mujer envió á él, diciendo: No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él.


Y el centurión, y los que estaban con él guardando á Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.


Y él les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y le soltaré.


Y nosotros, á la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas éste ningún mal hizo.


Y como el centurión vió lo que había acontecido, dió gloria á Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.


Respondiéronle los Judíos: Nosotros tenemos ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo Hijo de Dios.


Y sin hallar en él causa de muerte, pidieron á Pilato que le matasen.


Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:


Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia.


Profésanse conocer á Dios; mas con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados para toda buena obra.


Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;


Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación:


No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Y los moradores de la tierra se gozarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones los unos á los otros; porque estos dos profetas han atormentado á los que moran sobre la tierra.


Entonces Saúl dijo á Samuel: Yo he pecado; que he quebrantado el dicho de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo, consentí á la voz de ellos. Perdona pues ahora mi pecado,


Y él dijo: Yo he pecado: mas ruégote que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel; y vuelve conmigo para que adore á Jehová tu Dios.


Porque él puso su alma en su palma, e hirió al Filisteo, y Jehová hizo una gran salud á todo Israel. Tú lo viste, y te holgaste: ¿por qué pues pecarás contra la sangre inocente, matando á David sin causa?


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