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Mateo 25:5 - Biblia Reina Valera 1909

5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se durmieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Como el novio se demoraba en llegar, se adormecieron todas y al fin se quedaron dormidas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y tardándose el esposo, todas cabecearon y se durmieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Como el novio tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

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Mateo 25:5
23 Tagairtí Cros  

POR las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Busquélo, y no lo hallé.


Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía; Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.


Heme desnudado mi ropa; ¿cómo la tengo de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los tengo de ensuciar?


Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará.


Y si aquel siervo malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir:


Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, é hizo cuentas con ellos.


Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas.


Y á la media noche fué oído un clamor: He aquí, el esposo viene; salid á recibirle.


Y vino á sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo á Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora?


Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados.


Y el pueblo estaba esperando á Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviese en el templo.


Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir: y comenzare á herir á los siervos y á las criadas, y á comer y á beber y á embriagarse;


Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?


Y comenzó á decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y arrendóla á labradores, y se ausentó por mucho tiempo.


Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos.


Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.


Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:


Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga.


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